El poder de la familia de Carlos Fabra
Carlos Fabra, ex presidente
provincial del PP y de la
Diputación de Castellón, no goza de buena fama.
Y todo porque le ha tocado la
lotería un montón de veces (una de ellas, 2 millones de euros), o porque sus
causas con la justicia siempre prescriben, o por su imputación junto a su ex
mujer en el caso de los “cuños falsos”, o porque ha gestionado a su libre
albedrío los fondos públicos haciendo obras faraónicas que no sirven
absolutamente para nada (léase, por ejemplo, aeropuerto sin aviones de
Castellón), o quizás, porque asombrosamente su novia llegó a ser vicepresidenta
de la Diputación
de Castellón.
Creo que la lista se podría
aderezar abundantemente con más destarifos, pero para qué aburrir...
El segundo miembro de la familia
Fabra metido a política es su hija, Andrea Fabra, diputada del PP por Castellón
en Madrid. Seguro que recuerdan a Andrea por su desafortunada frase “¡Que se
jodan!” cuando el Sr. Rajoy estaba anunciando los recortes. Una semana tardó
Andrea en pedir disculpas, una semana. Pese a que su boquita le delatara el
subconsciente, Andrea ni dimitió ni la cesaron. En este país cabe todo.
Pero Andrea, en la línea del clan Fabra, acumula otros desatinos políticos. Según puede leerse http://www.lasprovincias.es/v/20130105/politica/cuatro-valencianos-entre-diputados-20130105.html, Andrea fue denunciada por la Asociación Democracia Real Ya (DRY), “acusada de los delitos de malversación de fondos públicos y apropiación indebida por cobrar del Congreso dietas destinadas al alojamiento a pesar de disponer de vivienda habitual en Madrid” (por cierto, Andrea vive en la urbanización más lujosa y cara de Madrid, la más). Tiene razón, Sra. Fabra, hay que jod… Pero Vd. no, desde luego. ¿Dónde está su honestidad, Sra. Fabra?
El último miembro de la familia
en subirse al carro del “me lo llevo” ha sido Juan José Güemes, yerno de D.
Carlos y marido de Andrea Fabra. Juan José ha sido Consejero de Sanidad en
Madrid y en esta etapa adjudicó la gestión de los análisis clínicos de seis
hospitales madrileños (junto con los 27 centros de salud anexos y residencias
de ancianos) a la UTE BR
Salud.
Juan José dimitió como Consejero de Sanidad, después de destacar su “profunda vocación de servicio público”. Por lo visto, esa misma vocación que le han inculcado su suegro y su esposa.
Según http://www.elmundo.es/elmundo/2010/03/18/madrid/1268913533.html,
Juan José dimitió “por razones personales”. En ese momento pensé que su
dimisión podría deberse a razones de salud, pero ahora entiendo que fueron
otras tras leer “El yerno de Carlos Fabra se queda con servicios que privatizó
como consejero de Sanidad en Madrid”
Después de cesar voluntariamente
de su cargo, Juan José pasó a formar parte del consejo de administración de
Unilabs que, en la actualidad, ha comprado el 55% de la
UTE BR Salud.
El día que dimitió, Juan José
afirmó que "La política no es una profesión para toda la vida". ¿En
qué estaría pensando cuando dijo tal frase?, ¿en que la política es una profesión
hasta que pueda mangonear a mi antojo para arreglarme el porvenir? Porque si la
operación de Unilabs no es un desvío de fondos (públicos), me da que se le
parece mucho y si no es un alzamiento de bienes(públicos), me da que se le
parece bastante.
Para esto quieren privatizar la
sanidad. Y es que el dinero público da mucho de sí... Lo malo es que da para
mucho pero no para muchos, sino para unos pocos. En concreto para una élite de
advenedizos, trepas, embaucadores y desahogados metidos a políticos. Y no
señalo a nadie en especial, porque son tantos que mi dedo no daría para todos.
Cada vez siento más rabia. Pero
no por lo que nos hacen nuestros gobernantes, sino por permitir que nos lo
hagan. Somos un país de tontos por consentir lo que consentimos. Pero de tontos
esféricos: se nos mire por donde se nos mire, somos tontos.
Elisabeth Bustos
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