Un ecuatoriano abusa sexualmente de una niña de 12 años en Sevilla porque creía que no era delito: “En mi país estas cosas son legales”
La Audiencia Provincial de Sevilla ha condenado a tres años de cárcel y al pago de una indemnización de 3.000 euros a un joven de nacionalidad ecuatoriana que abusó sexualmente de una niña de 12 años en casa de sus tíos sin ser consciente de que esta conducta constituía delito, “al formar parte de la mentalidad de su país de origen que las relaciones sexuales con una mujer desde el momento de su desarrollo son impunes”.
En la sentencia, la Sección Primera de la Audiencia Provincial de Sevilla condena al acusado -identificado como R.D.Z. y de 31 años de edad- como autor de un delito continuado de abusos sexuales en el que concurre un error vencible de prohibición por ignorar que el acceso carnal con una menor de 13 años es siempre delictivo, error que “pudo ser evitable empleando una diligencia objetiva y subjetivamente exigible”.
La Audiencia Provincial considera probado que la menor,
nacida en enero de 1998, pasó el verano de 2010 en casa de sus tíos en
La Algaba, vivienda a la que el acusado, “por ser primo de la tía de la
víctima, acudía con frecuencia”, llegando a pernoctar en la misma.
Así, “y conociendo” que la menor tenía 12 años, el imputado
“aprovechó que los demás moradores no se percataron, la llevó a una de
las dependencias de la casa y la penetró vaginalmente, lo que volvió a
realizar días después”. Añade que el procesado, “con grave e indebida
ignorancia atribuible al mismo, no fue consciente de que en España esta
conducta constituía delito, al formar parte de la mentalidad de su país
de origen que las relaciones sexuales con una mujer desde el momento de
su desarrollo son impunes”.
La Audiencia dice que “ninguna duda cabe de que la menor, en la fecha de los hechos, era menor de 13 años, siendo esta circunstancia conocida por el procesado, tal y como ha declarado la víctima, y ninguna controversia existe respecto a que el acusado tuvo acceso carnal por vía vaginal con ella en dos ocasiones”.
Al hilo de ello, y respecto al error de prohibición, la Audiencia asevera que “en este caso no puede olvidarse que el procesado procede de un país culturalmente diferente, en el que no es infrecuente que las mujeres sean madres a una temprana edad, y que no hacía demasiado tiempo que llegó a España”, dice la sentencia.
Este dato, además, resultó corroborado por la madre de la menor, “que ha manifestado que, en Ecuador, la práctica de relaciones sexuales desde el desarrollo de la mujer, aún a una muy temprana edad, no es inusual”, no obstante lo cual subraya que el error de prohibición citado “pudo ser evitable empleando una diligencia objetiva y subjetivamente exigible”.
Episodios de tristeza
La Audiencia concluye que el acusado es culpable del delito referido
“por su participación material y dolosa en su ejecución, tal y como han
acreditado, sin margen de duda razonable, las diversas pruebas
practicadas en el juicio oral”, añadiendo que “no resulta creíble que el
acusado pudiera ignorar” que la niña tenía 13 años, “pues además de
habérselo dicho ésta, los hechos se produjeron en el seno de una familia
con la que el procesado mantenía estrechos vínculos”.
“Si alguna duda albergaba de ello” el acusado, “ésta podía ser
fácilmente aclarada, máxime si tomamos en consideración que el contacto
del encausado con la menor fue continuado durante el tiempo en que la
misma se mantuvo en la vivienda de sus tíos”.
El procesado reconoció, además, que los hechos sucedieron en dos
ocasiones, existiendo a este respecto la corroboración de la madre de la
menor, “a quien la niña relató lo sucedido una vez que su progenitora
le interrogó al apreciar en ella un cambio de su personalidad, con
episodios de tristeza que le preocuparon”.
Además de la pena de cárcel y
la indemnización, la Audiencia impone al acusado ocho años de
prohibición de acercarse a menos de 300 metros de la menor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario