Florence Cassez: siete años entre rejas... y la justicia mexicana la libera sin saber si es inocente o culpable
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- La francesa Florence Cassez saldrá en las próximas horas de una cárcel del sur de la capital mexicana, tras ganar una larga batalla a las autoridades.
- El alto tribunal nunca debatió la culpabilidad o inocencia de la francesa, ésta siempre aseguró que no formó parte de la banda de secuestradores
La madre de Cassez dice que Felipe Calderón utilizó políticamente a su hij
La francesa Florence Cassez saldrá en las próximas horas de una cárcel del sur de la capital mexicana, tras ganar una larga batalla a las autoridades que hace siete años la pusieron en prisión por secuestro y otros delitos.
Con tres votos a favor y dos en contra, la Primera Sala del Supremomexicano le concedió hoy la "inmediata y absoluta" libertad, al considerar que sus derechos fundamentales fueron violados durante el proceso que culminó con una sentencia a 60 años de prisión.
Aunque el alto tribunal nunca debatió la culpabilidad o inocencia de la francesa, ésta siempre aseguró que no formó parte de la banda de secuestradores que lideraba su novio, Israel Vallarta, a quien conoció en este país.
Nacida el 17 de noviembre de 1974 en Lille, norte de Francia, Cassez llegó el 11 de marzo de 2003 a México, donde vivía su hermano Sébastien y en cuya empresa comenzó a trabajar.
Posteriormente, Cassez dejó esa compañía, por conflictos con su cuñada, y comenzó a trabajar en el despacho de un arquitecto de interiores.
En octubre de ese año conoció a Israel Vallarta, quien decía ser vendedor de automóviles, y empezaron a vivir juntos.
Cassez regresó a Francia a mediados de 2005 y, después de dos meses allí, volvió a México en septiembre de 2005 y comenzó a trabajar en un hotel.
La francesa fue detenida el 8 de diciembre de 2005 en el estado de Morelos en unión de Vallarta, y llevada a un rancho propiedad de éste a fin de que participara en un montaje televisivo preparado por las autoridades.
El montaje, realizado al día siguiente, simuló una operación en vivo en la cual la Policía mexicana arrestaba a Cassez y a su novio, presunto jefe de la banda de secuestradores Los Zodíaco y quien aún no ha recibido sentencia.
Condenada en primera instancia a 96 años de cárcel por su presunta participación en las actividades de la banda, la pena de la francesa fue reducida a 60 años en marzo de 2010.
Además de su responsabilidad por tres secuestros, su condena incluía el cargo de delincuencia organizada y posesión ilegal de armas de fuego de uso exclusivo del Ejército.
A principios de 2010 publicó el libro "A la sombra de mi vida", donde exponía su caso e informaba que iba a solicitar un nuevo proceso judicial.
En la obra, Cassez pide a los mexicanos que le concedan el beneficio de la duda y asegura que "hace algunos años no sabía nada de secuestros" y que para su "gran infortunio" tuvo que aprender de ese horrible delito porque fue "injustamente acusada de haberlo cometido".
El entonces presidente francés, Nicolás Sarkozy, describió a Cassez como una víctima inocente del sistema judicial mexicano y en febrero de 2011 dedicó a la joven el Año de México en Francia, lo que provocó que este país boicoteara los eventos programados en el festival.
Un mes después, la francesa llevó su caso ante la Suprema Corte de Justicia de México con el argumento de que se violó el principio de presunción de inocencia y no se le brindó asistencia consular tras el arresto.
En su segunda revisión del caso en menos de un año, tras una primera sesión sin acuerdo, el alto tribunal estableció por mayoría de votos que el proceso estuvo viciado de origen por irregularidades registradas durante y después de su arresto y ordenó su inmediata liberación.
Entre lágrimas, Charlotte Cassez aseguró desde París que su hija "se ha ganado su libertad. Ha combatido con fuerza por su libertad, con convicción", y confió en que rápido desaparezcan los malos recuerdos.
Y yo me pregunto quién defendió los derechos de las víctimas, varias de las cuales identificaban perfectamente a Cassez como participante activa de los secuestros. Cierto que hubo algunas irregularidades en su detención (lamentablemente eso es algo en la que la policía mexicana deja mucho que desear), pero la evidencia en contra de Cassez era contundente y ahora los ministros se escudan diciendo que para ellos no es inocente o culpable. Que el problema fue sólo el procedimiento. Con esa lógica, las cárceles del mundo entero se vaciarían (no sólo las cárceles mexicanas). Con este tipo de argucias legales, dinero y presión política cualquier criminal pisará la calle en México (no me sorprenderá ver pronto libre también al examante de Cassez, quien confesó cada secuestro). Qué horror.
ResponderEliminarEstimado Godofredo,
ResponderEliminareste caso para mi era desconocido pero lógicamente ahora que lo leo es un caso con tintes muy problemáticos, puesto que la nacional francesa alega un juicio con irregularidades y que no se brindó asistencia consular durante el arresto. En el caso de Cassez se ha mediado a liberarla y poner a manos de su compatriotas franceses, pero si me surge la duda realmente es el por qué, se ha dejado en libertada a esta mujer cuando había una sentencia por la cual se la inculpaba como cómplice de banda de secuestradores, desconozco si hubo casos de violencia y en el mayor de los casos muerte de alguno de los secuestrados esto agravaría por supuesto más la condena. Pero lógicamente es un horror que esto quede impune, porque en el menor de los casos se debería de haber procedido a juzgarla en Francia al ser nacional de este país. Lógicamente aquí hay matices diplomáticas e intermediarios latentes... los cuales es inaudito - aquí es el mismo caso algo parecido con Carromero - que la justicia no sea imparcial con todos..
Aquí pongo este excelente art. con el permiso de nuestro amigo Luis Pazos.
ResponderEliminarSaludos,
Gema
"El fondo del caso Cassez"
Luis Pazos
Hay quienes afirman que la decisión de liberar a Florence Cassez fue política más que jurídica o que hubo corrupción en ese fallo. No comparto esa visión. Conozco desde hace años a los ministros que votaron a favor de su liberación y mi percepción es que son honestos; sin embargo, en ese caso juzgaron superficialmente, solo las formas y olvidaron el fondo.
La Ministra que presentó el proyecto, compañera de docencia en la Facultad de Derecho de la UNAM por muchos años, se apoyó en una interpretación excesivamente formalista, que ella misma originalmente la había acotado a la reposición de partes del proceso.
El hecho es que jalaron la cobija de los Derechos Humanos hacia una delincuente y descobijaron los derechos humanos de las víctimas. Hay razones para afirmar que hubo fallas en el proceso, pero esas razones no son suficientes para liberar en unas horas a una procesada que todos ellos sabían era culpable.
Los jueces, magistrados y ministros no deben olvidar el principio jurídico de proteger el bien mayor. En este caso es el fondo, la sustancia, que no debía borrarse de un plumazo por un error de forma. La función del juzgador, si busca hacer justicia y no solo cumplir con las formalidades de la ley, es tomar en cuenta forma y fondo a la hora de dictar una sentencia. No hay que confundir un estado de derecho con una aplicación e interpretación dudosa de una ley, rechazada por la mayoría de los ministros unos meses atrás en ese mismo caso.
La decisión de liberar a Cassez puede ser formalmente legal, pero injusta de fondo. Una reproducción de hechos, que con frecuencia se realiza en muchos procesos, adornada o deformada para las televisoras, no es razón suficiente para invalidar testimonios de las víctimas donde identificaban la participación de la procesada en secuestros. Los ministros solo juzgaron la forma, lo que les da derecho a reponer esas formas, pero no a liberar a una procesada cuando existen testimoniales para condenarla.
La percepción de la mayoría de los mexicanos es que se liberó, por los motivos que sean, a una culpable; percepción que también es compartida por casi la mitad de los franceses encuestados sobre este caso. Fue un error su liberación, pues en nombre de una supuesta modernización del sistema judicial, de cumplir con la Constitución o de la protección de los derechos humanos, se liberó a una culpable, lo cual es una injusticia igual que mantener en la cárcel a inocentes.