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domingo, 21 de octubre de 2012


La Caixa se juega su prestigio por el escándalo de las preferentes



Somos mayores, no tontos”. Es el texto mostrado en una de las pancartas que agitaban los cerca de 500 afectados por lasparticipaciones preferentes concentrados el pasado jueves frente a las torres La Caixade Barcelona. Denunciaban haber sido engañados para firmar unos productos que, recordemos, no tienen fecha de vencimiento ni apenas liquidez, con el agravante de tratarse de gente mayor. En la manifestación, una media de edad superior a los 60 años lo corroboraba.
La protesta parece, cuanto menos, fundada. ¿Quién, con pleno conocimiento, cedería a perpetuidad 190.000 euros a La Caixa con 83 años de edad? Pues tiene nombre y apellidos. Sebastià Palau era uno de los presentes en la protesta. A sus 86 años, ha visto cómo su caja de toda la vida, de la que es cliente desde 1952 y de la que aún conserva con cariño su primera cartilla, no le permite acceder a sus ahorros, conseguidos tras décadas de trabajo.
Palau, con la voz rota, explicaba que el director de su oficina le llamó hace tres años para ofrecerle un producto exclusivo “por ser un buen cliente”. Se trataba de participaciones preferentes, pero a él eso le sonaba a chino, así que simplemente confió en el consejo de quien representaba a su entidad bancaria de toda la vida. “Me dijo que podría sacar el dinero en 48 horas y ahora resulta que tengo que esperar 10 años. Tendré 96, seguramente estaré muerto”, se lamentaba.
El sentir general era de decepción con una entidad hasta ahora con una imagen intacta en Cataluña. “Ya no es una caja, ahora es un banco cualquiera”, sentenciaba Palau, con una frase que ilustra el deterioro de imagen que podría costarle a La Caixa este escándalo.
¿Por qué el canje de las participaciones preferentes de La Caixa ha levantado más revuelo que el resto?
la caixa preferentes
La Caixa no es la única entidad que ha ofrecido un canje de participaciones preferentes. La normativa Basilea III, que excluye estos productos del cómputo de capital de los bancos, ha apremiado a las entidades a desprenderse de ellas y cambiarlas por productos que sí cuenten para capitalizarse, como los bonos o las acciones.
El Banco Santander y el Banco Sabadell, por ejemplo, lograron con éxito cambiar la mayoría de sus preferentes a finales de 2011. Lo hicieron a cambio de acciones respetando en mayor o menor medida el nominal inicial, de tal forma que, aunque hubo voces críticas con el canje, no se generó un escándalo ni mucho menos se habló de “corralito” (ver canje de preferentes Sabadell y Santander)
El caso de La Caixa es distinto por un motivo concreto: la liquidez. De las que han presentado canje de preferentes, la entidad de Isidro Fainé es la que ofrece menos disponibilidad del dinero, ya que el 30% se recupera en forma de acciones, mitad en junio de 2012 y mitad en el mismo mes de 2013, y el 70% restante se convierte en obligaciones a 10 años. Esto significa que, para recuperar el capital total sin perder dinero en el mercado secundario, sus tenedores tienen que esperar hasta 2022 (ver canje de participaciones preferentes La Caixa).
Es fácil pensar que este canje es “mejor que nada”, puesto que al menos tienen una fecha de vencimiento, cosa que no existía en las preferentes. Y es cierto. Pero, si damos crédito a las palabras de los afectados y pensamos que fueron vendidas como un producto líquido, con el dinero de vuelta en dos días, la oferta se convierte en una broma pesada: de 48 horas a 10 años la diferencia es más que notable.
Los clientes: sin alternativa

Pero quizás lo que más impotencia provoca es la falta de alternativas para los afectados. Básicamente: o aceptas el canje o te quedas sin dinero. En el caso de La Caixa: o lo recuperas dentro de 10 años o lo pierdes todo. Así que hay que firmar, aunque sea a regañadientes. Es el mal menor.
El problema es que firmar el canje propuesto por La Caixa conlleva estar de acuerdo con el trato y podría impedir una futura denuncia, algo que está estudiando ADICAE, Asociación de Usuarios de Bancos, Cajas y Seguros (ver ADICAE estudia una denuncia contra las preferentes).
Preguntando en la manifestación del pasado jueves, todos y cada uno de los presentes se mostraban dispuestos a denunciar. Sin embargo, también todos reconocían que iban a firmar el acuerdo antes de la fecha límite, el próximo martes 31 de enero.
Por este motivo, ADICAE está ofreciendo un documento pensado para permitir legalmente a los afectados firmar el acuerdo con La Caixa pero reservarse a la vez el derecho a participar en una futura demanda colectiva contra la entidad. Aunque, según parece, este atajo podría no servir porque requeriría la firma del banco, algo que bajo ningún concepto parece que vayan a aceptar en las oficinas de la entidad.
En definitiva, parece que la opción de la denuncia es por ahora una especulación. La realidad del momento es que miles de personas van a firmar en antes de una semana un documento con el que no están de acuerdo y, aunque traten de reservarse el derecho a futuras denuncias, nadie les asegura que vaya a ser posible.

Probablemente, La Caixa conseguirá sus objetivos y el canje será todo un éxito. Conservarán el capital en forma de obligaciones y capearán el temporal de la mejor forma posible. Sin embargo, ¿qué sucederá después? ¿Qué harán los hijos y nietos de los afectados? ¿Qué dirán a sus amigos y conocidos? No sabemos qué repercusión puede tener para esta entidad, cuyo mayor activo intangible es su credibilidad y confianza entre la sociedad catalana, el decepcionar a cientos de miles de clientes.
“Confiamos en vosotros y ahora nos falláis”, rezaba la pancarta principal de la protesta. El componente emocional, en este caso, no debe ser ignorado.
Samuel Valiente
(Toda la información sobre participaciones preferentes en HelpmyCash y en Gurusblog)

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