EDITORIAL el pais
Argentina se agita
El parón económico acentúa el descontento con las políticas de la presidenta Fernández
El parón en una sostenida bonanza económica, que durante los últimos años ha permitido a Argentina crecer más del 7% al aire de sus exportaciones agrícolas, no es el único argumento del malestar social, aunque sea importante en un país que necesita desesperadamente divisas para atender milmillonarios vencimientos de deuda. Los argentinos que han sacado sus cacerolas a la calle —una heterogénea clase media muy distante de la “élite antipatriótica” que pretende la propaganda oficial— lo han hecho no solo por el coste de la vida o los asfixiantes controles monetarios; también por la inseguridad urbana, la inoperancia de sus servicios públicos, el creciente sectarismo del poder (la utilización sin pudor de los mecanismos del Estado para perseguir a la oposición, ejemplarizada en el grupo mediático Clarín), o la mentira —sobre todo económica, pero no solo— elevada a arma de gobierno. Es imposible hacer creer a todo un país que la inflación anual es del 10% cuando la cuenta del supermercado apunta implacablemente hacia el 25%.
Mucho tendrá que cambiar Fernández hasta las legislativas de 2013 si aspira al refrendo de sus conciudadanos. Entre otras cosas porque la oposición a la reforma de la Constitución, que le permitiría en 2015 un tercer mandato, es uno de los claros mensajes de las protestas. La presidenta argentina no ha sacado a relucir públicamente esta posibilidad, para la que necesitaría una improbable mayoría de dos tercios en ambas cámaras, pero sí sus aliados políticos. Una posibilidad que abonan su gusto por el poder y su indulgencia manifiesta hacia otros líderes populistas regionales que se han atribuido la condición de redentores de sus pueblos y se apuntan a la reelección indefinida, se trate de Hugo Chávez, Rafael Correa o Evo Morales.
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Cristina Fernández denuncia en la ONU la “represión” policial en Madrid
La presidenta argentina trata de establecer un paralelismo entre las protestas de Grecia o España con las manifestaciones de su país en 2001
La presidenta argentina, Cristina Fernández, ha denunciado este martes en Naciones Unidas la "represión" por parte de la policía española de las protestas que tuvieron lugar en Madrid contra las medidas de austeridad aprobadas por el Gobierno. "Mientras hablamos aquí se está produciendo una represión contra los indignados (en Madrid) que se oponen a las políticas de ajuste" del Gobierno español, ha dicho durante su intervención en los debates de la Asamblea General de la ONU.
Fernández ha querido establecer un paralelismo entre las protestas que se están viviendo en los últimos meses en países desarrollados como Grecia o España con las manifestaciones vividas en su país en 2001. Así, ha recordado que Argentina sufrió en el pasado "políticas neoliberales" que tuvieron su máximo apogeo en la crisis política e institucional desatada en 2001 "cuando se produjo el default (suspensión de pagos) de la deuda soberana"."Argentina llegó a deber el 160 % del PIB, producto de políticas de endeudamiento y de ajuste permanente que ahora vemos aplicar de forma feroz en países como España, Grecia o Portugal que están poniendo en peligro la zona euro", ha lamentado la presidenta.
En la vida no hay verdades ni mentiras todo depende del cristal con que se mira...
ResponderEliminarLa pasada protesta no se trato solo de ciudadanos desinteresados movilizados espontáneamente o por convocatoria en las redes sociales, hubo mucho de fogoneo, no tan inocente, de sectores que ven peligrar privilegios de los que gozaban en desmedro de la gran mayoría.
Este gobierno, con el cual mayormente no coincido, tiene muchas, MUCHAS, cosas por reprochar, pero no es menos cierto que tiene muchos logros obtenidos y otros que están en vía de concreción.
Quizás uno de sus mayores aciertos, además de la renovación a la Corte Suprema de Justicia que fue una de las primeras medidas de lo que podría llamarse el primer kirchnerismo, es la batalla dada contra el monopolio mediático, que trasciende a este gobierno y podría decirse que es una reivindicación cultural. Recuerdo que mi abuelo, uno de los tipos más inteligentes con los que tuve la suerte de cruzarme, militante político hasta que el desanimo pudo más que las buenas intenciones, opinaba en base a lo que leía en el Clarín de los Domingos, hoy en día nos han dado elementos como para opinar sobre lo que leemos, des mascarando lo verdaderos intereses que hay detrás de las lecturas y formas de dar a conocer la realidad.
Pero como toda medida de este gobierno no deja de tener su lado cuestionable, ya que si bien hoy en día conocemos que intereses representan los relatores de la realidad, el gobierno usa el halo de sospecha que ha impuesto en todo lo relacionado con el grupo Clarin para desacreditar no ya a los relatores de la realidad, sino a los protagonistas de la misma.
En este sentido la lectura que desde el gobierno se hizo de la movilización, para desprestigiarla y no darle la transcendencia que entiendo realmente tuvo, es que fue orquestada desde la Corpo (que es como se describe al Grupo Clarín) antela inminencia del 7D (que refiere al día -07/12/12- que el multimedio debe comenzar a cumplir con la “Ley de medios” aprobada porel 2009 y demorada por la utilización de chicanas judiciales) y que se trataba de la clase porteña acomodada que no sabía bien para que estaba protestando.
Es verdad que hubo mucho de eso, pero tan verdad como eso es que había mucho vecino “de a pie” que sintió la necesidad de expresar su descontento con la dirección política que se le está dando a la Nación, la mayor parte de este ciudadano no estaba en la plaza de mayo porteña sino en nuestro interior, en las grandes ciudades. En lo particular, no asistí a la movilización porque no sabía bien desde donde venía la convocatoria. Esa es otra de las virtudes de este gobierno, como decía un excompañero socialista, Jorge Rivas, “Lo que más me gusta de acompañar a Kirchner son los enemigos que tiene”.
Más allá de lo anterior, lo que demostró esta movilización es otro hecho atribuible al Kirchnerismo, y es que no hay una opción política que se oponga al gobierno, no hay nadie que pueda sintetizar el pensamiento de grandes sectores sociales que están desconforme pero no encuentran lugar donde canalizar tal descontento.
Desde Santa Fe, Argentina. El Chucaro.-