Los expertos en empleo calculan que se perderán entre 350.000 y 400.000 empleos en España en 2012, muy lejos de las previsiones del anterior gobierno que esperaba que se empezara a crear empleo neto a finales de 2011. Posiblemente no veremos esa situación hasta pasados algunos años, mientras esto sucede, la clase media continuará una vez más soportando gran parte del impacto tanto en la pérdida de empleo como en el soporte de medidas impositivas que principalmente se sustentan en esta clase media, cada vez más golpeada y más pequeña…¿Está preparado nuestro sistema social y económico para soportar esta reducción?
Todos estamos de acuerdo en que la responsabilidad de esa situación situación debemos buscarla en la restricción crediticia que estrangula nuestras empresas y sus inversiones, el ajuste fiscal que reduce el gasto público, la crisis internacional que limita nuestras exportaciones, los problemas financieros que hace que sea económicamente más interesante para nuestra banca que su dinero esté en forma de depósitos en el BCE que prestarlo a proyectos con dudas sobre su viabilidad.
Supuestamente, el mercado de productos de lujo es el único al que le va bien, reflejando un crecimiento de las capas más ricas. Es falso. Muchas marcas de lujo también se tienen que apretar el cinturón y algunas ya han caído. En España el mercado de coches de lujo, por ejemplo, no llega ni al 1% del total. Además, un incremento de ese mercado, incluso del 100%, no repercute prácticamente en nada sobre nuestra tasa de desempleo, por lo que una estrategia basada en el mismo no nos va a sacar del problema.
A estas alturas no hay datos sobre la reducción de la clase media en España y otros países avanzados. En unos meses supongo que EE.UU. publicará algunos datos y poco a poco nos iremos enterando de cómo va Europa con este dato. Lo que sí es cierto es que se está produciendo una dicotomía económica en la sociedad: las clases con ingresos más bajos se están incrementando de forma alarmante. No se trata de ideología política o de idealismo, sino de que la reducción de la clase media en occidente conllevará unos cambios sociales y económicos para los que nuestros gobiernos ni están capacitados ni reconocen.
La importancia de la existencia y predominio de la clase media no es una cuestión residual. Por una parte, sabemos que las clases medias y bajas tiene una propensión marginal al consumo muy superior a las clases más altas. Si pensamos que nuestra economía y la salida de esta crisis pasa por el incremento del consumo, resulta que con la reducción de la clase media, vamos justo en el sentido contrario.
Por otro lado, y sin ánimo de ser exhaustivo entre otras cosas porque dudo mucho que dispongamos de estadísticas fiables, deducimos que la inmensa mayoría de los emprendedores (recordemos que las PYMES son las grandes generadoras de puestos de trabajo) proceden de esta clase social. Reduciendo ésta, se minora también las posibilidades de crear empleo en la sociedad. En la misma línea podemos hablar de que es ésta la gran aportadora de personal cualificado, mandos medios, técnicos, científicos, profesores, investigadores, químicos,… que toda sociedad avanzada necesita.
En resumen, la reducción de la clase media en los países desarrollados hará con solamente que la crisis se alargue más en el tiempo sino que a largo plazo nos encontraremos no una sociedad donde no existirán trabajadores formados para las demandas de la economía. Por tanto, una reducción de las capacidades potenciales y un estrangulamiento mayor de la economía es lo que nos espera.
Según diversas instituciones de estudios, España podría llegar en 2012 a los 5,5 millones de desempleados. AFI calculaba a finales de 2011 que llegaríamos a una tasa del 23,1%, pero con las medidas restrictivas de gobierno, este dado se va a quedar corto, según indican. José Carlos Díez, economista jefe de Intermoney, tras conocer las medidas anunciadas por el gobierno, calcula que cerraremos 2012 entre el 23 y el 23,5%, el Instituto de la Economía Mundial lo sitúa en el 23,6%
Lo cierto es que a fecha de hoy el gobierno solo ha hecho públicas medidas contractivas de la economía, sin hacer ninguna propuesta para la reactivación. Y esas medidas restrictivas ayudan a reducir aún más el papel de la clase media: por ejemplo el aumento de los tipos impositivos empiezan a ser importantes a partir de los 20.000 euros, y se acentúa a medida que sube, justo donde se encuentra la clase media. Si tenemos en cuenta la desaparición de puestos de trabajo, la enorme incertidumbre existente, los ingresos menguantes y los impuestos crecientes, junto con una propensión marginal al consumo mayor que en las clases altas, nos encontraremos con una reducción aún mayor del consumo. Una buena parte de nuestro tejido productivo no lo podrá resistir.
En el año 2009 publiqué un artículo en Sintetia titulado “el futuro del valor en la empresa“. En él hacía hincapié en la transformación del mercado de trabajo y las características que debía cumplir las empresas en el futuro. Entre otras cosas decía que los trabajadores recibirían una retribución por el valor aportado, por sus destrezas y por sus resultados, y sólo los profesionales más capacitados y que se adapten de forma más rápida a las cambiantes condiciones de la economía serían los pocos que tendrían una carrera profesional más o menos continuada, sin largos lapsus de desempleo. Pues bien, no pensaba que el futuro estuviera tan cerca.
Manuel Caraballo Callero
Economista
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