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lunes, 8 de abril de 2013


Sara Montiel

La actriz ha fallecido a los 85 años

La gran diva del cine español


  • Era una diva como las del cine clásico. Presumía de no pisar el súper
  • 'Después de 50 años, yo sigo esperando que salga alguien como yo'
  • Trabajó en medio centenar de películas y grabó una treintena de discos
  • Terenci Moix rebautizó como 'Saritísima' a la diva superlativa
  • Consideraba sus mejores filmes La Violetera, El último cuplé y Varietés

'Saritísima' (1928-2013) fue -tal y como la rebautizó Terenci Moix- la estrella superlativa del 'star system' español. Actriz y cantante, Sara Montiel -fallecida este lunes a los 85 años- sedujo al Hollywood dorado, mientras dejaba en el cine patrio otros personajes memorables como 'La Violetera' Soledad Moreno o aquella diva Maria Luján que cantaba su 'último cuplé'.

Todo en Sarita Montiel (el nombre con el que compartía cartel con las estrellas de Hollywood) tenía sabor a estrella: el humo de su sempiterno puro, su retahíla de amores y matrimonios, sus largas uñas, sus declaraciones... A ella, que añoraba el misterio de las antiguas celebridades, no iban a verla pisar un supermercado, avisaba. "Las estrellas se han perdido. Antes se rodeaban de misterio y no estaban tan expuestas como hoy. Después de 50 años, yo sigo esperando que salga alguien como yo", declaraba en una entrevista publicada en el Magazine de EL MUNDO en 2009.
La longeva artista trabajó en medio centenar de películas y grabó casi una treintena de discos y, como buena diva, dio que hablar hasta sus últimos días, ya fuese por sus accidentes caseros, supuestos problemas económicos o maridos caraduras. Se habló del ocaso de una estrella. "Yo ya me encuentro en mi decadencia. Naces y mueres, ésa es la realidad. Si tienes la suerte de cumplir muchos años, pues mejor", decía Montiel en aquella entrevista.

Mito erótico, diva gay

Pero antes, Saritísima -aunque ella prefería "ni Sarita, ni Saritísima, simplemente Sara"- fue la más bella e internacional de las actrices españolas. Ella se sabía hermosa, como decía en sus memorias: "Yo era preciosa". Fue todo un mito erótico y, años después, diva de travestis y homosexuales. Nunca una canción y un cigarro fueron tan sexuales como cuando la cantante entonaba 'Fumando espero', 'Bésame mucho' o 'Amado mío'.
Como aquellos personajes que la convirtieron en un mito -la humilde violetera o la criada de una diva reconvertidas en celebridades en 'La violetera' o 'El último tango'-, Sarita procedía de una familia "pobre, pobrísima". Había nacido como María Antonia Abad Fernández en Campo de Criptana (Ciudad Real) y ya desde sus años en un internado de monjas deseaba cantar y ser actriz.
Fue durante una procesión de Semana Santa en Orihuela cuando la escucharon cantar unos directivos de la productora Cifesa. Ofrecieron a Sarita 500 pesetas mensuales para contribuir a su preparación artística. La joven promesa -huérfana de padre- se trasladó con su madre a Madrid y recibió clases de dicción y canto.
En 1944 debutó en el cine -con el sobrenombre de María Alejandra- con 'Te quiero para mí'. Como en el cine patrio sólo le ofrecían papeles pequeños ('Don Quijote de La Mancha', 'Locura de amor'...), en 1950 se marchó a México, donde participó en 13 películas ('Cárcel de mujeres', 'Reportaje', 'Piel canela'...) antes de dar el gran salto: el Hollywood dorado de los grandes estudios.
En la meca del cine americano firmó contratos para Warner Bross y United Artits, trabajó con directores como Anthony Mann -su primer marido- y enamoró en la pantalla a galanes como Gary Cooper, Burt Lancaster (con quienes compartió estrellato en 'Veracruz', a las órdenes de Robert Aldrich) o Charles Bronson ('Yuma', de Samuel Fuller). "Viví una gran época", diría sobre su etapa Hollywoodiense.
Además de Anthony Mann -con quien trabajó en 'Serenade/Dos pasiones y un amor'-, se casó otras tres veces. Tras cuatro años de matrimonio con director estadounidense (rompieron en 1961 y obtuvo la nulidad en 1963), en 1964 se casó con el productor José Vicente Ramírez Olalla, del que tardaría 14 años en conseguir el divorcio. En 1979, tras nueve años de convivencia, contrajo matrimonio con el industrial mallorquín Pepe Tous, fallecido en 1992 y con el que adoptó dos hijos: Thais y Zeus.
En 2003, se casó por cuarta vez con Tony Hernández, un cubano de entonces 39 años, declarado admirador de la artista y de dudosa reputación. Aquel matrimonio fugaz y con aires de vodevil agrietó la relación con sus hijos, después reparada. Además, entre sus amores figuraban grandes figuras como el premio Nobel de Medicina Severo Ochoa, el poeta León Felipe, el dramaturgoMiguel Mihura o, incluso, Ernest Hemingway.

El último cuplé

Tras su paso por Hollywood, en 1957 volvió a España para protagonizar 'El último cuplé', la historia sobre el ascenso y caída de una gran diva como ella, de nombre Maria Luján. "Hice esta película con mucho cariño. Y, encima, casi nadie creía en aquel proyecto. Nadie confiaba en que fuese a triunfar de la manera que lo hizo", recordaba la actriz con motivo del 50 aniversario del filme.
La película fue un gran éxito, tanto en España como en otros países, y descubrió la faceta de cantante de la actriz. A diferencia de otras grandes estrellas, Sarita no sólo interpretaba, sino que tenía una gran (y sensual) voz, así que la fórmula se repitió en sus sucesivas películas. Tras 'El último cuplé', llegarían 'La violetera', 'Mi último tango', 'Pecado de amor', 'Carmen la de Ronda', 'La dama de Beirut', 'Esa mujer' (a las órdenes de Mario Camus, otro de sus amantes) o 'Varietés'. Esta última -dirigida por Juan Antonio Bardem -, junto a 'El último cuplé' y 'La violetera' eran a su juicio sus mejores películas.
A partir de la década de los 70, se centró en la música. Grabó discos, ofreció actuaciones en directo ('Bésame mucho', 'Sara y... punto', 'Saritísima', 'Saritízate', 'Sara de La Mancha' o 'Ven al Paralelo'), aplaudidos espectáculos con los que recorrió España y América. En 2000 presentó su biografía 'Toda una vida' y, dos años más tarde, 'Vivir es un placer', ambos escritos por Pedro Manuel Villora. La última vez que apareció en la gran pantalla fue hace dos años, en 'Abrázame'. No interpretaba a ningún personaje, simplemente era Sara Montiel.
Pese a ser una de las más longevas estrellas del cine español, Montiel se mantuvo muy activa hasta sus últimos meses, sin faltar a fiestas y homenajes. El año pasado, protagonizó en Nueva York un homenaje en el Cervantes por los 55 años de 'El último cuplé'. El mes pasado, la gran diva del cine español había cumplido 85 años
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1 comentario:

  1. a mi juicio sin saber cantar (del todo bien), sin saber bailar , sin saber interpretar del todo bien, consiguió sin embargo un perfil único, el de su incalculable belleza.
    saludos blogueros

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