Ni aventura, ni oportunidad: exilio
- En los últimos cuatro años, decenas de miles de jóvenes han abandonado España. Aunque las cifras oficiales del exilio varían, es plausible hablar de más de 400.000 personas menores de treinta años emigradas desde el inicio de la crisis.
- El colectivo Juventud Sin Futuro planea movilizaciones para el 7 de abril con motivo de la campaña ‘No nos vamos, nos echan’.
Se llama «exilio», que no aventura. Es un «éxodo», no una búsqueda de nuevas oportunidades. Es una obligación, no una elección. Son los discursos que desmonta el colectivo Juventud Sin Futuro con la campaña ‘No nos vamos, nos echan‘, lanzada a principios de marzo. Desde el inicio de la crisis decenas de miles de jóvenes españoles han emigrado. No por gusto, sino porque el sistema laboral los excluye.
Hasta ahora, las migraciones de jóvenes españoles han sido tratadas como asuntos de índole privada, decisiones individuales de cada quién. Esta campaña desbarata la idea de que emigrar es una elección personal y transitoria. Politiza el exilio: lo convierte en un asunto colectivo.
Con una tasa de desempleo del 55% (según la última Encuesta de Población Activa) en menores de 29 años, la vía de hacer las maletas es la que toman varios cientos de personas cada semana. Según el Padrón de Españoles Residentes en el Extranjero (PERE), en 2012 había 302.623 personas entre 15 y 29 años censadas fuera del país. En 2009 eran 242.154. Pero este dato no es definitivo. Son muchos (sobre todo los más jóvenes) los que nunca llegan a registrarse en un consulado. La cuenta sale al alza.
«No nos vamos, nos echan»
En menos de un mes, la campaña ‘No nos vamos, nos echan’ ha tenido una repercusión notoria. Más de 7.000 personas han llenado un formulario con sus datos: nombre, edad, país de residencia actual, situación laboral, profesión. Y dos cuestiones clave: «¿te ves / has visto forzado a emigrar?» y «¿ves posible volver? / Si aún no has emigrado, ¿ves alguna alternativa digna quedándote?». El resultado es un mapa del mundo abarrotado de puntos amarillos. Uno por persona, uno por historia, uno por exilio o por situación de precariedad.
En el imaginario colectivo residen historias de menores de treinta años con formación universitaria -incluso post universitaria y doctoral-, conocimiento de varios idiomas, etc. Es el perfil más visible de la que ha sido llamada ‘generación más preparada‘. Pero no es el único, ni mucho menos. La campaña hace visibles historias menos mediáticas: personas que terminaron estudios de formación profesional, muchos ligados a la construcción, que ahora no tienen oportunidades; situaciones de precariedad laboral que impiden una independencia económica; emigración de personas cada vez más mayores, de familias completas con hijos.
«Que se vayan ellos»
La campaña se cristalizará el domingo 7 de abril con una serie de movilizaciones y concentraciones. En Madrid, hay una manifestación convocada que terminará en la Puerta del Sol. Pero no solo. Hay acciones previstas en al menos una decena de ciudades más, dentro y fuera de España. No es casualidad que ocurra así. El trabajo en red para contactar con nodos es incesante. Y los medios de difusión son potentes (solo en Facebook, por poner un ejemplo, su página tiene más de 100.000 seguidores). El material gráfico de la campaña tiene un componente muy viral: frases impactantes como «precariedad, precariedad everywhere» en carteles y pegatinas y la edición de un periódico con una tirada de 5.000 ejemplares.
La fecha elegida coincide con el segundo aniversario del colectivo Juventud Sin Futuro, uno de los nodos activos previos a las movilizaciones del 15M.
¿Y luego? La campaña no termina aquí. El colectivo ha lanzado un crowdfunding (financiación colectiva a partir de micro donaciones) a través de la plataforma Goteo mediante la cual conseguir financiación y continuar la campaña.
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