El control del estrés del emprendedor
http://danielsanroque.blogspot.com.es
Si
tuviéramos que poner las “palabras clave” (o key words, que en
inglés suena mejor), sin duda, el título de este artículo desvela
lo esencial. Ya nos revela el argumento, porque no es ningún
misterio: los emprendedores padecen estrés y deben controlarlo.
El
término emprendedor va ligado al concepto de iniciar un proyecto. El
asumir un riesgo, pues una cosa son las intenciones y otra los
resultados. Y no debemos confundir emprendedor con irresponsable,
sino todo lo contrario. El emprendedor al que me voy a referir es
aquel que tiene una idea, especialmente referida a negocios, la
valora y se decide a llevarla a cabo. El irreflexivo, impulsivo,
también tiene ideas, pero las intenta realizar sin la necesaria
maduración. Y, claro, suelen ir de cara al fracaso.
No
quiero que se sobreentienda que considero el estrés como algo
negativo. Siempre he pensado que sin él no existe evolución. Nos
permite estar atentos, mantener el estado de vigilia, que el tiempo
de reacción sea adecuado. En casi todo hemos de mantener un cierto
estado de alerta, de esa forma evitamos desagradables sorpresas que
nos pueden llevar al fracaso. Es igual que los músculos, sólo se
relajan completamente con la muerte. Pero eso no quiere decir que
estemos en una contractura continua, mantenemos un tono mínimo para
poder actuar de forma casi inmediata.
Gestión
del tiempo
Si
se quiere, emprender es un acto de valentía, una aventura. El
proyecto va madurándose, perfilándose, estudiándose y, finalmente,
se toma la decisión de actuar. En ese momento se arriesga, tiempo,
dinero, personas,... El tiempo, las más de las veces, es el propio
del emprendedor. Aunque no se ha de olvidar que se roba al sueño,
familia, pareja, amigos, ocio. Por lo que aparece el primer factor
estresante la falta de descanso. Porque si abandonamos las relaciones
personales, de ocio, sociales, etc., empezamos a vivir exclusivamente
por y para el trabajo. Y nuestra mente no encuentra esa válvula de
escape, que es el hacer una actividad diferente, que no nos recuerde
a nuestro proyecto.
El
tiempo que decidimos dedicar al proyecto, también debe ser
gestionado. Se han de priorizar las actuaciones. Y, a ser posible,
evitar que todas las actuaciones sean lineales. Si todo se hace de
forma lineal (tarea detrás de tarea) cualquier retraso puntual
incide directamente sobre el resultado final. Mientras que si las
tareas van en paralelo, se minimizan los efectos temporales de los
posibles contratiempos. Pero sin que haya un exceso de actuaciones
paralelas, para poder mantener un control, y evitar una nueva fuente
de ansiedad: que no podamos abarcar todos los procesos.
Gestión
de los colaboradores
Salvo
en proyectos unipersonales, el emprendedor se rodea de colaboradores.
De los cuales se siente responsable. Ello es fuente de estrés. Si
embarcamos a alguien en nuestro proyecto es normal y lógico que nos
preocupemos de su “seguridad”. Los colaboradores son necesarios,
más cuanto mayor es el proyecto. Su falta puede ser causa de un
mayor estrés, pues el intentar realizarlo todo solo, la mayoría de
las veces, es una empresa faraónica, que puede llevar al fracaso.
Aunque la idea sea excelente.
Por
eso se debe valorar a quién invitamos a nuestro proyecto. Ha de ser
una persona en la que podamos delegar, confiar. A quien podamos
responsabilizar de una tarea determinada. Logrando así una mayor
eficiencia. Consiguiendo la mayor eficacia con la mejor gestión de
los recursos.
El
proyecto
Independientemente
de factores incontrolables e imprevisibles. La elección del proyecto
es esencial, pues debe ser factible. Se debe contar con los medios
mínimos para poder realizarlo y debe tener una mínima posibilidad
de éxito. El lanzarse a un plan inalcanzable, salvo que se sea un
total irresponsable, será indefectiblemente fuente de niveles
elevados de estrés.
Control
del estrés
Hasta
aquí hemos visto que existen fórmulas para minimizar el estrés de
un proyecto:
- Adecuada gestión del tiempo
- Organización de actuaciones
- Cuidadosa elección de los colaboradores
- Delegación de tareas
- Viabilidad de la empresa
Pero,
y a pesar de todo, el estrés aparecerá. Por lo que la tarea no ha
de ser evitar que aparezca, sino evitar que su nivel sea perjudicial.
No
creo en una fórmula infalible, ni única, para conseguir esta meta.
Dependerá de cada persona, de sus gustos. Puede ir desde escuchar
música, leer, ir a la iglesia, bailar, hacer deporte, etc. Lo que sí
es esencial, desde mi punto de vista, es la necesidad de que estas
actividades no sean estresantes. Me intentaré explicar, el deporte
puede ser una buena forma de descargar tensiones, ansiedad, pero si
lo practicamos de forma competitiva puede ser una fuente de estrés,
sin los beneficios que buscábamos. El emprendedor, y esto es un
concepto muy personal, ya compite continuamente intentando llevar su
proyecto a buen puerto. Por lo que añadir una actividad que implique
más competitividad sólo puede empeorar su situación.
Si
con ello no es suficiente, se puede optar por Terapias
Cognitivo-Conductuales o Entrenamiento de Relajación. Cualquiera de
ellas, a medio plazo, es efectiva. Siempre que sean realizadas,
dirigidas, controladas, por profesionales adecuadamente formados.
Mediante estas técnicas lo que se intenta es conseguir un equilibrio
para que el estrés excesivo, negativo (que algunos autores denominan
distrés) se convierta en un estrés positivo (también llamado
eustrés).
Beneficios
y perjuicios
A
parte de los innegables beneficios para la salud que implica el
control del estrés, o expuesto de otra forma, el convertir el
distrés en eustrés. También tenemos beneficios en el rendimiento.
Sabemos
que el distrés es causa de alteraciones físicas: problemas
digestivos, dolores osteo-musculares, insomnio, taquicardias, disnea,
etc. En resumen, estaríamos hablando de las somatizaciones:
alteraciones físicas derivadas de una alteración psíquica previa.
Y, evidentemente, el distrés va asociado a ansiedad, depresión,
angustia.
Pues
bien, el eustrés ayuda a mejorar nuestro rendimiento. Es la
situación ideal de falta de perjuicios del estrés y el
mantenimiento de un estado de alerta que nos ayuda a evitar
contratiempos, peligros, etc., o a reaccionar rápida y adecuadamente
ante ellos. Como esta situación de eustrés también mejora nuestra
calidad de vida física, hace que seamos capaces de dar el cine por
cien, sino el 110%, de nosotros mismo. Con lo cual los proyectos se
pueden llevar a cabo antes y mejor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario