La miseria en la que vivieron por siglos las comunidades indígenas del sureste mexicano y que originó el levantamiento de Chiapas, pronto fue olvidada por la sociedad y los medios de comunicación que abrieron durante meses con el levantamiento los telediarios de todo el mundo.
Chiapas es uno de los Estados que conforman las 32 entidades federativas de México.
Es un Estado de herencia maya, pero Chiapas no cobra interés hasta que culmina su proceso de modernización y organización territorial, y es ese justo el momento en el que aflora la desigualdad social. Aunque en realidad éste siempre ha sido un territorio preso de desigualdades. En 1994, un grupo, autoproclamado Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), se levanta en armas desde su silenciosa clandestinidad para protestar contra las injusticias de las que su pueblo es objeto y con el fin de reclamar la autonomía de sus comunidades.
Este grupo clandestino izquierdista se preparó durante dos años en tácticas militares con el objetivo de acabar con el presidente Méxicano, Carlos Salinas de Gortari, a causa de su incondicional defensa del neoliberalismo. El EZLN nació como un reflejo de la marginación y miseria en la que vivieron por siglos los pueblos indígenas del sureste mexicano, y con un matiz antiglobalizador, caracterizado por el rechazo al capitalismo y al modelo socioeconómico impuesto por el neoliberalismo. Estos defensores de los derechos humanos dirigieron sus esfuerzos al desmantelamiento del Tratado de Libre Comercio de América del Norte con sus países vecinos de Canadá y Estados Unidos.
El levantamiento de Chiapas, así se le conoce, comenzó el 1 de enero de 1994, momento en el que ciudades como San Cristóbal de las Casas, Las Margaritas, Altamirano u Ocosingo hacen pública la `Declaración de la Selva Lacandona`. Con ella inicial oficialmente la guerra contra el Gobierno de México y anuncian sus planes de dirigirse a la capital. Después de 11 días de combate, Gortari decreta un alto al fuego para dialogar con los rebeldes, cuyo portavoz era el Subcomandante Marcos. El diálogo, de tres años, acaba con la firma de los Acuerdos de San Andrés, en los que se pactaba modificar la constitución nacional para otorgar derechos, y autonomía para los pueblos indígenas.
Pero, años después, el sucesor de Gortari, Ernesto Zedillo, se negó a aprobar la iniciativa de su antecesor, lo cual hizo que el EZLN volviera a las montañas a organizarse militarmente, Zedillo aumentó su presencia militar en la zona para que el movimiento no se extendiera. Una tregua no oficial silenció al EZLN durante los siguientes años, y tras el “diálogo” el Gobierno comenzó a lanzar acusaciones contra el ejército mexicano, que terminaron con la persecución y detención de los zapatistas.
A partir de entonces, las comunidades habitadas por milicianos y bases de apoyo del EZLN empezaron la construcción de autonomías de facto en las regiones donde tienen presencia.
CHIAPAS EN LA ACTUALIDAD
En el 2003, cuarenta municipalidades zapatistas fueron repartidas en cinco “caracoles” (regiones autónomas). Para administrarlas se constituyeron otras tantas juntas de Buen Gobierno, y así por turnos delegados de las comunidades asumen sus responsabilidades durante una o dos emanas, de esta manera funcionan de forma colectiva, horizontal y rotativa.
Según el subcomandante Marcos, es el mejor medio de evitar las trampas del poder. Así los índices de ausentismo escolar, desnutrición y mortalidad infantil disminuyeron. La conocida “Ley Seca” fue reivindicada e influyó en la bajada de las tasas del alcoholismo, consecuentemente la violencia conyugal y el maltrato decreció también.
Con ello, podemos ver como esta rebelión consiguió crear un ideal ético y político, hoy universal en México. Firmes en sus ideales de 1994 “La democracia, la libertad y la justicia” no lograron refundar la Constitución, descolonizar las instituciones o democratizar su país, pero consiguieron que la sociedad se desarticulara de aquel bloqueo impuesto por el gobierno, que solo pensaba en la economía globalizadora.
El zapatismo ha patentado el movimiento de civilizaciones y ha despertado a sus ciudadanos, ha hecho entender que la diversidad puede ir de la mano con la lucha por la justicia social y el Estado de Derecho.
Es un Estado de herencia maya, pero Chiapas no cobra interés hasta que culmina su proceso de modernización y organización territorial, y es ese justo el momento en el que aflora la desigualdad social. Aunque en realidad éste siempre ha sido un territorio preso de desigualdades. En 1994, un grupo, autoproclamado Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), se levanta en armas desde su silenciosa clandestinidad para protestar contra las injusticias de las que su pueblo es objeto y con el fin de reclamar la autonomía de sus comunidades.
Este grupo clandestino izquierdista se preparó durante dos años en tácticas militares con el objetivo de acabar con el presidente Méxicano, Carlos Salinas de Gortari, a causa de su incondicional defensa del neoliberalismo. El EZLN nació como un reflejo de la marginación y miseria en la que vivieron por siglos los pueblos indígenas del sureste mexicano, y con un matiz antiglobalizador, caracterizado por el rechazo al capitalismo y al modelo socioeconómico impuesto por el neoliberalismo. Estos defensores de los derechos humanos dirigieron sus esfuerzos al desmantelamiento del Tratado de Libre Comercio de América del Norte con sus países vecinos de Canadá y Estados Unidos.
El levantamiento de Chiapas, así se le conoce, comenzó el 1 de enero de 1994, momento en el que ciudades como San Cristóbal de las Casas, Las Margaritas, Altamirano u Ocosingo hacen pública la `Declaración de la Selva Lacandona`. Con ella inicial oficialmente la guerra contra el Gobierno de México y anuncian sus planes de dirigirse a la capital. Después de 11 días de combate, Gortari decreta un alto al fuego para dialogar con los rebeldes, cuyo portavoz era el Subcomandante Marcos. El diálogo, de tres años, acaba con la firma de los Acuerdos de San Andrés, en los que se pactaba modificar la constitución nacional para otorgar derechos, y autonomía para los pueblos indígenas.
Pero, años después, el sucesor de Gortari, Ernesto Zedillo, se negó a aprobar la iniciativa de su antecesor, lo cual hizo que el EZLN volviera a las montañas a organizarse militarmente, Zedillo aumentó su presencia militar en la zona para que el movimiento no se extendiera. Una tregua no oficial silenció al EZLN durante los siguientes años, y tras el “diálogo” el Gobierno comenzó a lanzar acusaciones contra el ejército mexicano, que terminaron con la persecución y detención de los zapatistas.
A partir de entonces, las comunidades habitadas por milicianos y bases de apoyo del EZLN empezaron la construcción de autonomías de facto en las regiones donde tienen presencia.
CHIAPAS EN LA ACTUALIDAD
En el 2003, cuarenta municipalidades zapatistas fueron repartidas en cinco “caracoles” (regiones autónomas). Para administrarlas se constituyeron otras tantas juntas de Buen Gobierno, y así por turnos delegados de las comunidades asumen sus responsabilidades durante una o dos emanas, de esta manera funcionan de forma colectiva, horizontal y rotativa.
Según el subcomandante Marcos, es el mejor medio de evitar las trampas del poder. Así los índices de ausentismo escolar, desnutrición y mortalidad infantil disminuyeron. La conocida “Ley Seca” fue reivindicada e influyó en la bajada de las tasas del alcoholismo, consecuentemente la violencia conyugal y el maltrato decreció también.
Con ello, podemos ver como esta rebelión consiguió crear un ideal ético y político, hoy universal en México. Firmes en sus ideales de 1994 “La democracia, la libertad y la justicia” no lograron refundar la Constitución, descolonizar las instituciones o democratizar su país, pero consiguieron que la sociedad se desarticulara de aquel bloqueo impuesto por el gobierno, que solo pensaba en la economía globalizadora.
El zapatismo ha patentado el movimiento de civilizaciones y ha despertado a sus ciudadanos, ha hecho entender que la diversidad puede ir de la mano con la lucha por la justicia social y el Estado de Derecho.
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