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domingo, 30 de septiembre de 2012


El Mundo
ARGENTINA | Al responder la pregunta de un estudiante

Cristina Kirchner desprecia en Harvard a una universidad pública argentina

La presidenta argentina durante su intervención en Harvard.| Reuters/Jessica Rinaldi
La peor metedura de pata que ha tenido Cristina Kirchner en toda su carrera fue en su reciente visita a Estados Unidos, pero las consecuencias las está pagando en Argentina. Los desafortunados comentarios que hizo durante su encuentro con argentinos que estudianen la Universidad de Harvard, no sólo le valieron las críticas de la oposición, sino que causaron un profundo malestar entre sus adeptos.
Cristina aprovechó su viaje a Nueva York, con motivo de la Asamblea General de las Naciones Unidas, para luego ir a dar una conferencia en el campus de la institución académica más antigua de EEUU y una de las más prestigiosas del mundo.
Todo parecía indicar que la convocatoria sería un éxito. El auditorio estaba repleto de jóvenes que escuchaban con atención su ponencia acerca de cómo andan las cosas por casa. Se percibía, eso sí, un cierto clima de escepticismo ante el cuadro idílico que presentaba la oradora, de un país sin inflación, donde la pobreza disminuye a pasos agigantados y donde el gobierno es respetuoso de la opinión de sus adversarios. Fue ahí donde Cristina entró en un terreno resbaladizo.
En el momento de las preguntas, uno de los estudiantes se atrevió a desafiar la idea de que en Argentina exista plena libertad de prensa. En tono irónico, uno de los asistentes declaró sentirse "privilegiado" al poder dirigirle una pregunta a la presidenta. El comentario venía a cuenta de que jamás, en los cinco años que lleva en el poder, ofreció una rueda de prensa como Dios manda. Hace un año convocó a los periodistas para hacer un balance de su gestión sin dar espacio a preguntas, y desde entonces sólo se ha dirigido al público por cadena de radio y televisión.

Contra la Universidad de la Matanza

La disertadora percibió el retintín en aquel comentario, y en medio de los abucheos de la audiencia, disparó: "Chicos, estamos en Harvard. Eso (los abucheos) es para La Matanza". Sin duda, Cristina ya estaba arrepentida antes de terminar la frase, pues la Universidad de la Matanza, con la que trazó su desafortunada comparación, es una institución que destaca poradmitir a estudiantes de escasos recursos. El campus se encuentra en el partido de La Matanza, donde el 24% de sus 1.249.958 habitantes son pobres y donde en las elecciones del 2011, ella obtuvo el 60,55% de los votos. Un periodista que acompañó la gira presidencial, y que por sobradas razones pidió el anonimato, contó a El Mundo que, tapándose el rostro, un miembro de la comitiva exclamó: "¡qué papelón!". A lo que habrá que añadir ¡cuánto trabajo! les tocará a los asesores de prensa para reparar el daño.
El primero en reaccionar fue el rector de la Universidad de la Matanza, Daniel Martínez. "Me siento muy dolido... Fue una frase desafortunada, no le encuentro otra explicación", expresó el académico a Radio Mitre. Más tarde, el diputado Eduardo Amadeo, del Frente Peronista (disidente) y su colega Federico Pinedo, del PRO, emitieron una declaración en la que exigen que la presidenta se disculpe públicamente ante el personal docente y los estudiantes de La Matanza.
En el citado campus, incluso un dirigente del oficialista Frente Para la Victoria (FPV) consideró que Cristina dio un "lamentable espectáculo", al no estar a la altura de su cargo. "La presidenta no debió responder a una provocación de ese tipo y menos con una frase que se interpreta como agravio a La Matanza y a su gente", dijo a la prensa, Ricardo Luisini.
"Decir que Cristina es una desubicada, es poco. En un segundo desprestigió a los que venimos acá, sin conocernos y si saber el nivel que tiene esta universidad. Con lo que dijo mostró su verdadero plumaje de señora burguesa, disfrazada de progre", manifestó Lucía Rodríguez, estudiante de Derecho.

La respuesta del ala radical del kirchnerismo

Mientras que los moderados guardaban silenció, el ala radical del kirchnerismo echó más leña al fuego. El piquetero Luis D’Elía aseguró que los asistentes a la conferencia en Harvard eran "estudiantes truchos (falsos)" y se preguntó "quién le habrá pagado la carrera" al estudiante que desató la ira de la presidenta.
Por su parte, el diputado Edgardo Depetri, un ultra-K, acusó al rector Martínez de ser "un agente encubierto de la oposición" e insinuó que los grandes diarios nacionales, como 'Clarín' y 'La Nación', le prepararon el libreto (las preguntas) a los estudiantes, a quienes calificó de "becarios de la abundancia".
Otra de las preguntas que incomodaron a la disertadora fue la que se refería al origen de su fortuna. Señaló que su patrimonio –que ha crecido un 928% desde el 2003- es fruto de su exitosa carrera como abogada, cuando ella y su marido Néstor Kirchner vivían en la ciudad sureña de Río Gallegos. Desde luego que la presidenta no contó que a comienzos de los 80, cuando Argentina se hallaba bajo el yugo de la Dictadura, ella y Néstor representaban a dos bancos en los juicios por impago de créditos hipotecarios.
Volviendo a la comparación que hizo entre Harvard y La Matanza, Cristina Kirchner publicó, vía Twitter, el siguiente mensaje: "un beso muy grande, de todo corazón, para la Matanza". Otra cosa no podía hacer para reparar lo irreparable.

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