Portugal se manifiesta contra la austeridad exigida por la troika
Un manifestante luce una máscara de Guy Fawkes, popularizada por el movimiento Anonymous.. EFE
Portugal vivió este sábado una jornada de manifestaciones contra lasmedidas de austeridad del Gobierno, que reunieron a decenas de miles de personas en las principales ciudades del país bajo el lema "Que se fastidie la troika".
En Lisboa, la marcha discurrió por el centro de la ciudad hasta la plaza de España, con gritos y pancartas contra el Ejecutivo conservador de Pedro Passos Coelho y las duras medidas de ajuste aplicadas en sus quince meses en el poder para cumplir los requisitos del rescate financiero luso.
Entre el ruido de petardos y bocinas, las marchas recorrieron de forma pacífica la capital, Oporto (norte del país) y otra veintena larga de ciudades lusas para expresar el rechazo a la política de austeridad exigida por la troika (Comisión Europea, Banco Central Europeo y Fondo Monetario Internacional), que mantiene bajo estrecha vigilancia las finanzas del país.
Estos tres organismos, que concedieron a Lisboa 78.000 millones de euros en mayo de 2011 y evitaron la bancarrota del país, fueron este sábado blanco de la protesta popular, junto al Ejecutivo de Passos Coelho.
Las autoridades lusas no facilitaron, como es habitual, cifras sobre las manifestaciones, pero los medios locales y los organizadores coincidieron en que la de este sábado fue una de las jornadas de mayor contestación callejera registrada en el país en los últimos años.
Las protestas fueron convocadas sobre todo a través de las redes sociales por movimientos cívicos y grupos de "indignados" lusos, aunque también se sumaron los partidos de izquierda y los grandes sindicatos.
Sus principales promotores subrayaron, en una rueda de prensa en Oporto, que la iniciativa no tiene orientación política y su objetivo es expresar al Gobierno y los organismos internacionales el descontento de los portugueses con una política económica que ha disparado el desempleo (hasta el 15 %) y la recesión (al 3,2 %).
Asimismo, los manifestantes exigieron a Passos Coelho que no aplique las medidas de ajuste anunciadas la semana pasada, que supondrán en 2013 una nueva reducción de salarios superior al 7 % y que han criticado también los empresarios y figuras de la coalición conservadora de Gobierno.
La ira popular contra el primer ministro se sintió con fuerza en las protestas, en las que se reclamó su dimisión y un cambio drástico de política que frene el desempleo y el deterioro de los servicios públicos.
En Lisboa, algunos manifestantes se exaltaron al pasar ante las oficinas del Fondo Monetario Internacional en Portugal, por cuya calle discurrió la marcha, y lanzaron objetos y gritaron consignas pidiendo la salida del país de ese organismo, que ya ha intervenido en otras dos ocasiones la economía lusa para conceder sus ayudas financieras.
En las protestas abundaron los grupos de funcionarios públicos, que expresaron su descontento con los recortes en la Administración, la sanidad y la educación; padres y madres de familia que pidieron soluciones al desempleo y estudiantes que, con cánticos y megáfonos, mostraron su rechazo al Gobierno y la troika.
Las protestas callejeras coincidieron este sábado con la publicación de una encuesta, la segunda esta semana, que muestra una fuerte caída de los conservadores lusos en las preferencias del electorado.
El Partido Socialista (PS), principal de la oposición, aventaja en intención de voto en ambos sondeos y por primera vez desde las elecciones de mayo del año pasado al gobernante Partido Social Demócrata (PSD).
Los aliados democristianos que garantizan la mayoría absoluta parlamentaria del primer ministro, el Centro Democrático Social-Partido Popular (CDS-PP), también pierden terreno en las dos encuestas.
Este pequeño partido ha mostrado los primeros desacuerdos de importancia en el seno de la coalición al sumarse, al igual que destacadas figuras de la formación de Passos Coelho y la patronal lusa, al coro de críticas que han descalificado las últimas medidas de ajuste anunciadas por el primer ministro.
En Lisboa, la marcha discurrió por el centro de la ciudad hasta la plaza de España, con gritos y pancartas contra el Ejecutivo conservador de Pedro Passos Coelho y las duras medidas de ajuste aplicadas en sus quince meses en el poder para cumplir los requisitos del rescate financiero luso.
Entre el ruido de petardos y bocinas, las marchas recorrieron de forma pacífica la capital, Oporto (norte del país) y otra veintena larga de ciudades lusas para expresar el rechazo a la política de austeridad exigida por la troika (Comisión Europea, Banco Central Europeo y Fondo Monetario Internacional), que mantiene bajo estrecha vigilancia las finanzas del país.
Estos tres organismos, que concedieron a Lisboa 78.000 millones de euros en mayo de 2011 y evitaron la bancarrota del país, fueron este sábado blanco de la protesta popular, junto al Ejecutivo de Passos Coelho.
Las autoridades lusas no facilitaron, como es habitual, cifras sobre las manifestaciones, pero los medios locales y los organizadores coincidieron en que la de este sábado fue una de las jornadas de mayor contestación callejera registrada en el país en los últimos años.
Las protestas fueron convocadas sobre todo a través de las redes sociales por movimientos cívicos y grupos de "indignados" lusos, aunque también se sumaron los partidos de izquierda y los grandes sindicatos.
Sus principales promotores subrayaron, en una rueda de prensa en Oporto, que la iniciativa no tiene orientación política y su objetivo es expresar al Gobierno y los organismos internacionales el descontento de los portugueses con una política económica que ha disparado el desempleo (hasta el 15 %) y la recesión (al 3,2 %).
Asimismo, los manifestantes exigieron a Passos Coelho que no aplique las medidas de ajuste anunciadas la semana pasada, que supondrán en 2013 una nueva reducción de salarios superior al 7 % y que han criticado también los empresarios y figuras de la coalición conservadora de Gobierno.
La ira popular contra el primer ministro se sintió con fuerza en las protestas, en las que se reclamó su dimisión y un cambio drástico de política que frene el desempleo y el deterioro de los servicios públicos.
En Lisboa, algunos manifestantes se exaltaron al pasar ante las oficinas del Fondo Monetario Internacional en Portugal, por cuya calle discurrió la marcha, y lanzaron objetos y gritaron consignas pidiendo la salida del país de ese organismo, que ya ha intervenido en otras dos ocasiones la economía lusa para conceder sus ayudas financieras.
En las protestas abundaron los grupos de funcionarios públicos, que expresaron su descontento con los recortes en la Administración, la sanidad y la educación; padres y madres de familia que pidieron soluciones al desempleo y estudiantes que, con cánticos y megáfonos, mostraron su rechazo al Gobierno y la troika.
Las protestas callejeras coincidieron este sábado con la publicación de una encuesta, la segunda esta semana, que muestra una fuerte caída de los conservadores lusos en las preferencias del electorado.
El Partido Socialista (PS), principal de la oposición, aventaja en intención de voto en ambos sondeos y por primera vez desde las elecciones de mayo del año pasado al gobernante Partido Social Demócrata (PSD).
Los aliados democristianos que garantizan la mayoría absoluta parlamentaria del primer ministro, el Centro Democrático Social-Partido Popular (CDS-PP), también pierden terreno en las dos encuestas.
Este pequeño partido ha mostrado los primeros desacuerdos de importancia en el seno de la coalición al sumarse, al igual que destacadas figuras de la formación de Passos Coelho y la patronal lusa, al coro de críticas que han descalificado las últimas medidas de ajuste anunciadas por el primer ministro.
Manifestaciones contra la troika y la austeridad el sábado por todo Portugal
ResponderEliminarLisboa, 14 sep (EFECOM).- La troika, que concedió y hace cumplir a rajatabla el rescate financiero de Portugal, y las medidas de austeridad del Ejecutivo luso se han convertido en el blanco de decenas de manifestaciones convocadas este sábado por todo el país.
Con el lema "Que se lixe a troika" (que se fastidie la troika, en la traducción más educada) las protestas han aglutinado decenas de miles de seguidores en las redes sociales y el apoyo de los "indignados" lusos y otros movimientos cívicos y sindicales.
Además de estar formalmente dedicada a los prestamistas internacionales de Portugal, las manifestaciones del sábado quieren mostrar al Gobierno, según los organizadores, el gran descontento de los portugueses con sus últimas medidas de austeridad.
Esta reacción popular es la primera muestra de descontento social que se verá en el país tras el anuncio de los polémicos recortes salariales de los últimos días y el tajante rechazo que han causado en la oposición, los sindicatos e incluso la patronal y figuras de la coalición conservadora en el poder.
La mayor central sindical, la Confederación General de Trabajadores de Portugal ha convocado también una jornada de lucha el día 29 de este mes y tanto esta organización como la Unión General de Trabajadores (UGT y segunda en afiliados) estudian la convocatoria de una tercera huelga general contra el Ejecutivo.
Los convocantes confían en mejorar la participación de otras protestas anteriores y recuperar el éxito de la celebrada el 12 de marzo de 2011, cuando ya se vivían los efectos de la crisis pero Portugal aún no había solicitado el rescate.
Aquel día, cientos de miles de personas se echaron a la calle para mostrar su descontento con los ajustes aprobados por el Ejecutivo socialista de José Sócrates, en una iniciativa que adquirió una magnitud inesperada y supuso el primer antecedente del movimiento de los "indignados" en Portugal.
Desde entonces, la crisis social se ha agravado con las medidas exigidas por los problemas económicos lusos y el rescate de 78.000 millones de euros que la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional (FMI) concedieron a Lisboa en abril de 2011.
El actual Ejecutivo conservador, que ganó las elecciones anticipadas celebradas un mes después, convirtió en su primera prioridad el cumplimiento de la política de austeridad exigida por la troika.
Las últimas medidas anunciadas por el primer ministro Pedro Passos Coehlo el pasado viernes incluyen una subida de siete puntos porcentuales en las contribuciones a la Seguridad Social que pagan los trabajadores y una rebaja de casi seis puntos en las que corresponden a los empresarios, lo cual ha desencadenado una palpable indignación en la sociedad lusa.
Desde la CGTP (de orientación comunista), se vertieron hoy duras críticas contra el primer ministro luso, Pedro Passos Coelho, por considerar que carece de contacto con la realidad.
"Me recuerda a 'Alicia en el país de las maravillas'", aseveró su secretario general, Arménio Carlos, en declaraciones a la prensa lusa después de que Passos Coelho haya rechazado dar marcha atrás en las medidas de austeridad.
El principal partido de la oposición, el Socialista, que también firmó el rescate con la troika, refrendó hoy la decisión ya anunciada de votar en contra de los Presupuestos Generales de 2013 si no se retiran las últimas medidas, aunque el Ejecutivo no necesita sus votos porque cuenta con mayoría absoluta. EFECOM