La
muerte de 27 personas este viernes en un tiroteo en una escuela infantil de Newtown, en el estado de Connecticut, ha vuelto a
reabrir un agrio debate sobre las armas y la "cultura de la violencia"en Estados Unidos.
"Como país,
hemos atravesado esto demasiadas veces, ya sea en una escuela primaria en Newtown, un centro comercial en Oregon, un templo en Wisconsin, un cine en Aurora (Colorado) o una esquina cualquiera en Chicago", dijo Obama al enumerar algunas de las tragedias recientes. Solo
en 2012, se han producido
ocho masacres o graves actos de violencia.
Cada tragedia desde Columbine en 1999 —un total de 28— ha suscitado las mismas reacciones de dolor y de introspección, pero no ha habido avances en el frente legislativo. En Connecticut, por ejemplo, la ley estatal permite armas en las escuelas públicas o privadas siempre que el portador, mayor de 21 años y sujeto a revisión de antecedentes penales, tenga un permiso oficial y también permiso de las autoridades escolares.
El Congreso se muestra reacio a aprobar leyes para restringir el acceso a las armas de fuego, pese a los cambios prometidos por la administración Obama. Sus intentos han chocado frente a una poderosa industria armamentística y la ancestral afición a las armas de una parte importante de la sociedad americana.
Según un estudio del Centro de Investigación Pew, en el año 2000, el 66% de los estadounidenses creía necesario dar prioridad al control de armas por encima de la Segunda Enmienda de la Constitución, que consagra el derecho a las armas. Este año, solo el 47% opinó lo mismo. El año pasado, de los 14.000 asesinatos cometidos en Estados Unidos, 10.000 fueron por armas de fuego; y se estima que hay unos 200 millones de armas en circulación.
"¿Cuántas masacres más hacen falta para que nuestros líderes actúen?"
Los activistas a favor del control de las armas no se rinden. Kristin Rowe-Finkbeiner, directora ejecutiva del grupo MomsRising, preguntó directamente: "¿cuántas masacres más hacen falta para que nuestros líderes actúen?"
Es hora de que el presidente Obama se enfrente a la Asociación Nacional del Rifle
"Urgimos al presidente Obama y a nuestros funcionarios elegidos en el Congreso a que respondan a esta crisis de violencia derivada de las armas que infecta a EEUU, y trabajen para prevenir tragedias como ésta en el futuro", dijo Rowe-Finkbeiner, haciéndose eco de grupos opuestos a la libre venta de armas.
Si bien esta "epidemia de violencia" tiene raíces tan profundas como complejas, ésta crece por lafacilidad del acceso a las armas, que varía de uno a otro estado, aseguran los activistas.
Ladd Everitt, portavoz de la Coalición para Frenar la Violencia de las Armas, consideró que "es hora de que el presidente Obama hable de este asunto", con la misma convicción con que defendió los matrimonios homosexuales, y se enfrente a la Asociación Nacional del Rifle (NRA), una influyente organización opuesta al control de armas.
Por su parte, el cardenal Timothy Dolan, presidente de la Conferencia de Obispos Católicos de EE UU, denunció "la cultura de la violencia que infecta a nuestro país" y pidió trabajar "por la paz en nuestros hogares, nuestras calles y nuestros mundo, ahora más que nunca".
Pese a todas estas denuncias, desde el Capitolio, donde la bandera de EE UU ondea a media asta, los legisladores nuevamente al unísono se solidarizaron con las víctimas y sus familiares, pero muy pocos, entre ellos el demócrata Jerrold Nadler, pidieron restricciones al comercio de armas.
Así, el eterno debate sobre el control de armas en Estados Unidos o la prioridad de la Segunda Enmienda parece no tener fin.
El asesino de Sandy Hook era un joven solitario, inteligente y muy raro
ResponderEliminarDomingo, 16 de diciembre del 2012
RICARDO MIR DE FRANCIA / Washington
"No hay palabras" para expresar el dolor, asegura el padre del asesino Obama visita hoy a las familias de las víctimas de NewtownEl autor de la matanza de Newtown se suicidó al acercarse la policíaUn fusil de combate como el de la matanza de Newtown, al alcance de cualquiera por menos de 1.000 euros
Por más que rastreen los periodistas que desde ayer peinan en tropel el pequeño pueblo de Newtown (Connecticut), escenario de la matanza más horrenda que seguramente ha vivido EEUU en su historia reciente, será difícil que encuentren alguna explicación cabal al desvarío que conduce a alguien a matar a una veintena de niños inocentes. Adam Lanza, el asesino de 20 años, era una persona tímida y poco sociable que vivía con su madre y, según algunas fuentes, podría haber padecido el síndrome de Asperger, un trastorno autista. Otras versiones apuntan a que era un tipo "profundamente trastornado" y con problemas mentales.
La familia Lanza era una familia con dinero, si no rica, al menos de clase media-alta. El padre, Peter, es un alto ejecutivo de General Eléctric y, la madre, Nancy, trabajaba de profesora en el colegio de primaria Sandy Hook. Adam vivía con ella y lo primero que hizo fue matarla en su casa, antes de coger su coche para dirigirse a la escuela de primaria y acabar con muchos de sus alumnos y sus compañeros.
Los padres se separaron hace una década, oficializando su divorcio en el 2009, cuando Adam tenía 17 años. Tanto para él como para su hermano Ryan, de 24 años, la separación fue cuanto menos traumática. "Los niños parecían realmente deprimidos", ha dicho un vecino al 'Washington Post', añadiendo que Adam sufría crisis nerviosas de vez en cuando.
UNA MEZCLA DE INTELIGENCIA Y SOLEDAD
Quienes lo conocían, lo describen como un chaval retraído y esquivo. Esa clasa de gente que se pone nerviosa al hablar delante de varias personas, aunque sea durante una conversación informal. "Adam Lanza ha sido un chaval raro desde que tenía cinco años", escribió en Twitter uno de sus vecinos, Tim Dalton. "Por horrible que pueda sonar, no puedo decir que me sorprenda. Arde en el infierno, Adam".
Era un solitario, sin página en Facebook y, aparentemente también, muy inteligente. Uno de sus allegados ha asegurado que se graduó del instituto tres años antes de lo que le hubiera correspondido. De ser así, esa mezcla de inteligencia y soledad, le acercaría a James Holmes, el asesino de Aurora (Colorado), un estudiante de Medicina que mató a 12 personas en julio durante el estreno de Batman.
LA REACCIÓN DEL PADRE Y DEL HERMANO
Su hermano Ryan Lanza hace algún tiempo que había volado del nido familiar. Después de interrogarlo, la policía ha llegado a la conclusión de que no tuvo nada que ver con lo que sucedió en Sandy Hook. También es un joven tímido, pero sus compañeros de trabajo lo han descrito como una persona agradable, dulce y trabajador. Según el 'Wall Street Journal', Ryan trabaja para el gigante de auditorías financieras Ernest & Young.
Tampoco el padre, Peter, sabía lo que rondaba por la cabeza de su hijo. De hecho, se enteró de la matanza de boca de una periodista que le esperaba a las puertas de su casa en Stamford (Connecticut), a unos 70 kilómetros de Newtown. "Su expresión pasó de paciente, a sorprendido, a horrorizado", ha escrito en 'Slate', Maggie Gordon.