Todos éramos MIGUEL ANGEL BLANCO y que crueldad y asesinato cobarde por esos verdugos que mataron a ese pobre muchacho de la manera repito más cobarde.
Los padres de Miguel Ángel Blanco nunca perdonarán al asesino de su hijo
- Los padres de Blanco, Chelo y Miguel, aseguran que se "quedaron en aquel día" y aún siguen recordando.
- “Para qué voy a decir que lo voy a perdonar. No. Para nada. Nunca. Ni estrecharle la mano. Jamás le daría la mano”, asegura Miguel.
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“Lo tenemos tan presente... Nos quedamos en aquel día”. El diario El Mundo ha entrevistado a los padres de Miguel Ángel Blanco, Chelo y Miguel. Blanco fue secuestrado y asesinado un 10 de julio de 1997. En el salón de la familia se puede ver una gran foto del que fuera edil del PP. Estos padres todavía sufren al recordar cómo su hijo fue asesinado, “es que cada día vivimos lo mismo, es que lo recuerdo todos los días, a todas horas”, dice entre lágrimas Miguel, intentando explicar que los años no pasan para ellos.
15 años después, Miguel y Chelo siguen sin perdonar y recuerdan como si fuera ayer las últimas horas de su hijo (“aquel día comió truchas, su plato favorito”) y los acontecimientos que se les vinieron encima después. Fue una periodista la que los avisó de que Blanco había sido secuestrado, según como recuerda todavía estupefacto Miguel.
Los padres en la entrevista en El Mundo aseguran que para ellos “no ha pasado el tiempo” y que desde esos momentos han estado sometidos a duras pruebas: un cáncer, un infarto, un ictus... “La doctora dijo que esto pasa mucho por los disgustos”. La vida desde aquel día no les ha dado respiro, aún cuando parece que ya han sufrido demasiado.
Están muy agradecidos por el cariño que han recibido y todavía siguen recibiendo, “no nos sentimos solos”. Pero ya no acuden a Ermua, porque el recuerdo es demasiado doloroso para ellos, “todo recuerda aquello. La gente, la casa, los sitios. Todo recuerda a él”.
Ningún detalle de aquellos días han olvidado: “Tenías que haber visto los saltos que daba mi Miguel Ángel cuando vio por la tele la liberación de José Antonio Ortega Lara. Llegaba al techo. Decía: '¡Qué descanso para ese hombre, por fin!'. Pobre, sin saber lo que se le avecinaba a él”.
15 años después, Miguel y Chelo siguen sin perdonar y recuerdan como si fuera ayer las últimas horas de su hijo (“aquel día comió truchas, su plato favorito”) y los acontecimientos que se les vinieron encima después. Fue una periodista la que los avisó de que Blanco había sido secuestrado, según como recuerda todavía estupefacto Miguel.
Los padres en la entrevista en El Mundo aseguran que para ellos “no ha pasado el tiempo” y que desde esos momentos han estado sometidos a duras pruebas: un cáncer, un infarto, un ictus... “La doctora dijo que esto pasa mucho por los disgustos”. La vida desde aquel día no les ha dado respiro, aún cuando parece que ya han sufrido demasiado.
Están muy agradecidos por el cariño que han recibido y todavía siguen recibiendo, “no nos sentimos solos”. Pero ya no acuden a Ermua, porque el recuerdo es demasiado doloroso para ellos, “todo recuerda aquello. La gente, la casa, los sitios. Todo recuerda a él”.
Ningún detalle de aquellos días han olvidado: “Tenías que haber visto los saltos que daba mi Miguel Ángel cuando vio por la tele la liberación de José Antonio Ortega Lara. Llegaba al techo. Decía: '¡Qué descanso para ese hombre, por fin!'. Pobre, sin saber lo que se le avecinaba a él”.
No hay perdón para el asesino de Blanco
Crece la tensión en el ambiente cuando hablan del perdón, de los arrepentimientos, de los reencuentros. “La gente ahora nos pregunta: '¿Vais a perdonar si os lo pide?'. Lo primero es que él [Txapote] no me va a pedir perdón, porque no está arrepentido, porque lo dice siempre en la cárcel. No es sólo la muerte de Miguel Ángel, son muchas las que lleva a sus espaldas y no está arrepentido”.
Miguel no quiere saber nada, no quiere perdonar y asegura “para qué voy a decir que lo voy a perdonar. No. Para nada. Nunca. Ni estrecharle la mano. Jamás le daría la mano” asegura a El Mundo, demostrando el dolor que todos los días siente desde hace 15 años.
Rompe su silencio y sigue insistiendo: “Al que mató a mi hijo, al que tenía la pistola en la mano, jamás. Ni siquiera verle, ni siquiera estar con él. No, no, no. Yo no cruzaría ninguna palabra con el asesino de mi hijo, ninguna”.
El padre de Blanco insiste en que ETA no está acabada y que no ha dejado las armas. “No matan porque no les interesa. Sin matar ya consiguen... Matarán, acabarán matando, cuando no logren lo que quieren”.
Miguel no quiere saber nada, no quiere perdonar y asegura “para qué voy a decir que lo voy a perdonar. No. Para nada. Nunca. Ni estrecharle la mano. Jamás le daría la mano” asegura a El Mundo, demostrando el dolor que todos los días siente desde hace 15 años.
Rompe su silencio y sigue insistiendo: “Al que mató a mi hijo, al que tenía la pistola en la mano, jamás. Ni siquiera verle, ni siquiera estar con él. No, no, no. Yo no cruzaría ninguna palabra con el asesino de mi hijo, ninguna”.
El padre de Blanco insiste en que ETA no está acabada y que no ha dejado las armas. “No matan porque no les interesa. Sin matar ya consiguen... Matarán, acabarán matando, cuando no logren lo que quieren”.
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