Las riadas matan a un centenar de personas en el sur de Rusia
Las fuertes lluvias han causado la mayoría de víctimas en una zona del interior pero también han afectado a dos zonas de veraneo y campamentos infantiles en la costa del mar Negro
Un centenar de personas como mínimo han perecido este sábado en el sur de Rusia, víctimas de las riadas e inundaciones que se han producido a consecuencia de torrenciales lluvias en el territorio de Krasnodarsk. El desastre afecta sobre todo a tres distritos de esta región, dos de ellos en la costa del mar Negro (la localidad de veraneo de Gelendzhik y el puerto de Novorossisk) y otro interior (la ciudad de Krymsk y sus alrededores). Según la versión oficial, las causas de la catástrofe fueron las lluvias torrenciales, pero en Krymsk, el distrito más afectado, la desgracia podría tener como principal origen la apertura de las compuertas de un embalse próximo, según explicó por teléfono desde la región un portavoz de la organización Vigilancia Ecológica del Cáucaso del Norte. Según esta fuente, las autoridades habrían dejado salir el agua del embalse en la noche del viernes al sábado por temor a que este se desbordara. El resultado fue, siempre según las fuentes, que la tromba de agua se precipitó sobre la ciudad de Krymsk.
En el distrito de Krymsk el ministerio del Interior calculaba el número de víctimas en 76 personas.
Se da la circunstancia de que Krasnodarsk, con su costa marítima, es una de las zonas de veraneo más frecuentadas de Rusia y está plagada de campamentos infantiles de verano. El servicio Gazeta.ru cita el testimonio de Bogdán Tolchek, que en su blog escribe: “En Krymsk por la noche dejaron salir el agua del embalse. No avisaron a la gente. La mitad de la ciudad fue cubierta por el agua. Pereció mucha gente”.
Por su parte, Polina Morozova, una vecina de Krymsk, manifestaba que había comenzado a caer el viernes por la tarde una torrencial lluvia y en un momento dado “se formó una enorme ola, que en un remolino se desplazó por toda la ciudad”. “La tromba se llevó casas enteras y camiones”. “Por la noche hubo tal tromba de agua, que se llevó el asfalto de cuajo. La gente está anonadada. Dicen que nadie les advirtió de las inundaciones. Encontramos algunas calles, en las que yacen los cadáveres de la gente”, manifestó la enviada especial del Noveno Canal Irina Kizilbasheva.
Putin busca respuestas tras los 150 muertos por las riadas
ResponderEliminarGELENDZHIK, Rusia (Reuters) - El presidente ruso, Vladimir Putin, ha ordenado a los investigadores que determinen si se podría haber hecho más para evitar la muerte de 150 personas en unas inundaciones en el sur del país, después de volar a la zona para encarar el primer gran desastre de su nuevo periodo en el cargo.
GELENDZHIK, Rusia (Reuters) - El presidente ruso, Vladimir Putin, ha ordenado a los investigadores que determinen si se podría haber hecho más para evitar la muerte de 150 personas en unas inundaciones en el sur del país, después de volar a la zona para encarar el primer gran desastre de su nuevo periodo en el cargo.
Putin, que fue criticado por su lenta respuesta a desastres en anteriores momentos de su carrera, dijo tras visitar la zona el sábado a última hora que habrá inversiones para reconstruir las viviendas de las víctimas de las peores riadas desde hace décadas en Krasnodar, una región relativamente rica gracias a la agricultura y el turismo.
El centro de crisis del Ministerio del Interior dijo que 144 personas murieron por las inundaciones en la costa noreste del mar Negro, después de que el equivalente a dos meses de lluvias cayera en solo unas horas el viernes por la noche. Muchos de los muertos fallecieron ahogados, y la mayoría eran además personas mayores que fueron sorprendidas mientras dormían.
La policía dijo que los supervivientes se tuvieron que subir a árboles y tejados ante la subida del nivel del agua, que invadió la primera planta de muchas casas y creó auténticos ríos en algunas calles. El domingo, la lluvia seguía cayendo en algunas zonas costeras, sobre todo en la ciudad más afectada, Krymsk, donde se encontraron 139 de los 150 muertos, según medios rusos.
En cambio, en la localidad turística costera de Gelendzhik, donde murieron nueve personas, el sol brillaba y el nivel del agua había bajado. La ciudad aparecía inundada en fotos aéreas tomadas el sábado.
Casi 30.000 hogares se habían quedado sin electricidad ni gas, según las autoridades de emergencias.
Las riadas repentinas podrían tener consecuencias para Putin, a pesar de que el sábado reaccionó con rapidez para demostrar que estaba al frente de las tareas de rescate. Sobrevoló la zona desde un helicóptero acompañado por el gobernador regional e hizo un difícil viaje en minibús por una carretera comarcal con el jefe del distrito de Krymsk.
"He pedido al liderazgo del Comité Investigador (federal) que venga. El Comité Investigador comprobará las decisiones adoptadas por todas las autoridades - cómo se hicieron los avisos, cómo se podrían haber hecho, cómo se deberían haber hecho y quién actuó y de qué manera", dijo Putin en una reunión en Krymsk.
"Les pido que cooperen".
IMAGEN DE PUTIN
Es el primer desastre importante que afronta desde que volvió al Kremlin para un tercer mandato como presidente después de un periodo intermedio de cuatro años como primer ministro.
El antiguo espía de la KGB, que tiene 59 años, ha tenido problemas crecientes para proyectar su imagen habitual de autoridad y control desde que estallaron las protestas contra su elección el pasado mes de diciembre.
En sus 12 años en el poder, tanto como presidente como primer ministro, Rusia ha sufrido numerosos desastres naturales y causados por el hombre que han puesto de manifiesto la escasez de inversiones en infraestructuras y la deficiente gestión de los transportes y las infraestructuras.
Por ejemplo, los incendios forestales de 2010 o el hundimiento del submarino nuclear Kursk en 2000, en el que murieron 118 marinos y oficiales. Putin fue acusado de responder con lentitud al desastre del Kursk porque en un primer momento no se permitieron los intentos de rescate extranjeros.