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viernes, 10 de enero de 2014

¿Qué es el peronismo y cómo influye en la política argentina actual?



¿Qué es el peronismo y cómo influye en la política argentina actual?
Si bien el populismo se ha ido consolidando en Europa a través de partidos como Amanecer Dorado o el FN francés, ha sido en América Latina donde realmente ha condicionado el discurso político de manera más relevante ya que, a diferencia de la UE, ha ocupado el poder durante muchos años, tanto en gobiernos derechistas (como el de Alberto Fujimori en Perú), como de izquierdas (Hugo Chávez en Venezuela). El propósito de este artículo será presentar la versión argentina del fenómeno, elperonismo.
Cas Mudde, uno de los principales estudiosos del tema, define el populismo como una ideología que considera que la sociedad está dividida en dos campos antagónicos: el “pueblo puro” y la “élite corrupta”, y para la cual la política debe ser una expresión de la voluntad general del primero, al que considera una masa homogénea. En este sentido, el populismo no se considera un movimiento de clase, sino popular. Suele ir acompañado de una retórica simplista y maniquea, y se opone retóricamente tanto al elitismo como al pluralismo, características intrínsecamente ligadas al liberalismo político.
En el caso de América Latina, el populismo nace en un período similar al fascismo, bajo unas circunstancias socioeconómicas particulares: el nacimiento de una clase obrera a partir de las políticas de substitución de importaciones. Aunque prescinda de su componente más nacionalista y racial, el populismo latinoamericano comparte con el fascismo tics antiliberales y un sistema de representación corporativista: la aceptación implícita de un poder autoritario a cambio de aumentos salariales y beneficios sociales en forma de afortunadas concesiones. Durante épocas de bonanza se introducen medidas como negociaciones colectivas, salarios mínimos y protección laboral. Aparentemente es un modelo atractivo para la clase obrera, pero mantiene las estructuras de propiedad preexistentes y fuertes medidas de control social. Pero en etapas de crisis el sistema colapsa.

La versión argentina del populismo latinoamericano: el peronismo

El Partido Peronista (desde 1971, Partido Justicialista) fue fundado por Juan Domingo Perón, militar argentino,admirador confeso de Benito Mussoliniy Presidente de la nación durante dos períodos: 1946-1955 y 1973-74, justo antes de su muerte. De hecho, su sucesora en el cargo fue su segunda esposa y vicepresidenta María Estela Martínez de Perón (“Isabelita”), una exbailarina de cabaret que aún hoy vive exiliada en España.
A principios de la década de 1940, Perón se da cuenta de que el discurso político argentino va dirigido únicamente a las clases medias, y que nadie se dirigía a la incipiente clase trabajadora. A partir de aquí, les promete una serie de beneficios sociales entonces desconocidos en un país que era riquísimo. Ahora bien, el substrato ideológico y el discurso subyacentes se parecerán mucho más al del fascismo italiano que no al marxismo. Como toda ideología, el peronismo mutará a lo largo del tiempo, hasta el punto que se adaptará a la política democrática, aunque influirá fuertemente en la cultura política del país.
En todo caso, veamos cuáles son sus características principales.
Retórica histriónica y demagogia. Intenta convencer a las masas diciendo aquello que quieren escuchar por encima de un discurso responsable. En una visita a una escuela humilde, Carlos Saúl Menem prometió a los alumnos la licitación de un sistema de vuelos estratosféricos para viajar a través del espacio exterior.
Por otro lado, sus discursos tienen un fuerte componente emocional: el matrimonio Kirchner protagonizaba a menudo escenas de amor en público, intentando emular a Perón y Evita, con quienes quiere identificarse la actual presidenta. En su primera aparición pública después de su operación de un hematoma cerebral, Cristina Fernández de Kirchner (CFK) compareció en un mensaje televisado desde el sofá de su casa, con un oso de peluche y un cachorro regalo de Hugo Chávez.
Clientelismo político, que intentará vender como estado del bienestar. El peronismo prometerá subsidios a las clases populares con la finalidad de ganar su apoyo, sin criterios económicos, y lo venderá como justicia social (de ahí viene el nombre de Partido Justicialista), aunque a lo largo del tiempo no se logren reducir las profundas desigualdades económicas del país. Paralelamente, sus principales dirigentes se han enriquecido: el patrimonio de los Kirchner aumentó un 292% entre 2003 y 2011, y Carlos Saúl Menem y Eduardo Duhalde se vieron involucrados en varios escándalos de corrupción.
Corporativismo y negación de la lucha de clases. Como antes hemos visto, el peronismo se presenta como un movimiento nacional y popular, y no proletario. En este sentido, promocionará el sindicalismo vertical. Esta característica se ha ido difuminando con la consolidación de la democracia.
Indefinición ideológica. Ha habido presidentes peronistas de derecha (Menem y Duhalde) y de izquierda moderada (Néstor y Cristina Kirchner). Según el liderazgo y las circunstancias externas, el programa mutará, siguiendo el modelo clásico de partido atrápalotodo (catch-all party). Por ejemplo, Perón se alió con los jóvenes izquierdistas del interior durante su exilio -en la España de Franco- pero cuando volvió al poder prestó su apoyo a los grupos terroristas que les perseguían. Actualmente CFK ha conseguido el apoyo de sectores progresistas gracias a la campaña que ha hecho en defensa de los derechos humanos, luchando contra las leyes de impunidad para los responsables de la dictadura y la ampliación de derechos civiles. Por contra, Menem consiguió el apoyo de la élite económica gracias a sus políticas de privatizaciones. El control de YPF es la metáfora perfecta de esta característica. El neoliberal Menem la privatizó y Cristina Kirchner la nacionalizó al cabo de veinte años.
CFK durante el anuncio de la nacionalización de YPF.
Tendencias autoritarias y poca capacidad de diálogo en un clima nacional de alta polarización política. No se puede olvidar que el inspirador del peronismo fue un dictador que restringió fuertemente las libertades de prensa y de expresión, que fue germanófilo durante la Segunda Guerra Mundial y que se exilió en la España de Franco. Hoy en día, CFK toma decisiones sin ni siquiera consultarlas con sus ministros y se ha enfrentado duramente con los medios (especialmente con el Grupo Clarín, propietario del principal rotativo del país).
Nacionalismo estatalista (ideológico y económico). Años después de mostrar sus simpatías hacia el Eje, Perón utilizó una retórica antiamericana y a favor del Movimiento de Países No Alineados. Con la expropiación de YPF, Cristina optó por el enfrentamiento con los intereses españoles para ganarse el apoyo de las masas. En líneas generales, llevaran a cabo políticas económicas proteccionistas (políticas de sustitución y restricción de importaciones, subsidios a la industria y a las clases populares) con la excepción de la década neoliberal de Menem.
A partir de aquí, el resto de elementos son contradicciones ideológicas. Bajo el paraguas del peronismo se agruparán muchos grupos con intereses opuestos y, a menudo, estas diferencias se traducirán en escisiones y faccionalismos.

El panorama político argentino: ¿existe una alternativa al peronismo?

Cartel electoral de la Unión Cívica Radical.
Hasta 2001, la vida política argentina estaba dominada por dos partidos principales: el  Partido Justicialista yla Unión Cívica Radicaldefinidos más por unos líderes, apoyos y retórica que no por una ideología y un programa concretos. El eje que enfrenta peronistas y antiperonistas es el que manda en la política argentina, y no el eje izquierda/derecha como en el resto del continente. Del mismo modo que alguien es del Boca Juniors o del River Plate, en Argentina se es peronista o antiperonista de por vida.
La Unión Cívica Radical  fue fundada en 1891. De tendencias liberales y republicanas, representaba los intereses de las clases medias, introduciendo reformas democráticas como el sufragio universal a principios del siglo pasado. En 2001, en encontrarse en el poder durante la crisis del Corralito, inició su decadencia y una serie de pequeños partidos personalistas, bajo el común denominador del antiperonismo, ha ido ocupando parte de su espacio electoral como alternativa de gobierno. Desde la neoliberal Propuesta Republicana (PRO),dirigida por el alcalde porteño Mauricio Macri, hasta el histórico Partido Socialista, pasando por laCoalición Cívica-ARI de centroizquierda, dirigida por la católica Elisa Carrió.
Asimismo, también son habituales las disidencias en el sí de estos partidos. Hablamos, por ejemplo, del grupo de “Radicales K” (de Kirchner), de los cuales Cristina fichó como vicepresidente a Julio Cobos en 2001, o de los peronistas disidentes de centroderecha como Sergio Massa, del Frente Renovador (en oposición a la coalición del peronismo oficialista, el Frente para la Victoria).
El mapa aún se complica más cuando vemos las etiquetas de estos partidos a nivel internacional: mientras la Unión Cívica Radical es miembro de pleno derecho de la Internacional Socialista, el socializante Partido Justicialista pertenece a la Organización Cristianodemócrata de América. Como vemos, las dinámicas políticas en Argentina son complejísimas.
Los opositores acusan al peronismo de ser un verdadero obstáculo para el desarrollo del país, mientras buena parte de las clases populares adoran a la actual presidenta. En todo caso, el populismo ha generado mucha crispación en la política del país, y ha sido uno de los motivos por los cuales Argentina ha vivido tantas crisis políticas desde la restauración de la democracia.

http://www.unitedexplanations.org/

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