'Hay que ser capaces de defender lo nuestro', dice el Ejecutivo.
Cuando se supere el límite el comprador deberá inscribirse como importador. Las compras de más de 25 dólares tendrán un impuesto del 50% de su valor.
El Gobierno de Cristina Fernández de Kirchner ha restringido a sólo dos las compras al año que pueden hacer los argentinos a través de Internet de otros países para "defender la industria nacional", pues el "el 65%" de los productos que se adquieren "vienen de Hong Kong y China".
La Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) ha establecido una norma que restringe a dos veces al año las compras cuando las mercancías ingresen al país por el correo oficial y no superen los 25 dólares de franquicia anual. Así, cuando se supere la cantidad de envíos permitidos el comprador deberá inscribirse como importador.Además, si las compras exceden los 25 dólares, se deberá pagar un impuesto equivalente al 50% del valor de la mercancía adquirida, incluyendo los costes del envío.
"Hay que ser capaces de defender lo nuestro", argumentó el jefe de Gabinete del Ejecutivo, Jorge Capitanich.
La medida se suma a otra anunciada por la Hacienda argentina, que establece que aquellos que quieran comprar por Internet a proveedores en el exterior deberán completar un formulario detallando la mercadería adquirida, así como poseer una clave fiscal para poder recibir el envío por correo.
El objetivo es evitar la fuga de divisas a través de las compras en el exterior, aunque la AFIP justifica la iniciativa "a fin de optimizar el rastreo de las operaciones realizadas".
Proteccionismo
El control sobre las adquisiciones de productos en el exterior a través de Internet se enmarca en las restricciones existentes en el país sobre las divisas extranjeras, que se han ido endureciendo en los últimos años.
El Gobierno argentino impuso las primeras restricciones cambiarias destinadas a "desdolarizar" la economía en noviembre de 2011 y las endureció un año después, con la prohibición de la compra de divisa extranjera para atesoramiento y para la adquisición de inmuebles.
En 2012 aumentó también los controles a quienes solicitan dólares para salir de viaje. Las normas, destinadas a evitar la fuga de divisas, restringieron en la práctica el acceso de muchos inversores al mercado cambiario formal, lo que hizo resurgir los circuitos informales de compraventa de divisas.
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