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domingo, 19 de enero de 2014

El alcalde de Burgos paraliza definitivamente las obras de Gamonal





El nuevo bulevar que sublevaba a los vecinos de un barrio de Burgos está suspendido. “Hemos decidido la paralización definitiva de las obras y apostar por la convivencia de la ciudad”, declaró en la tarde de este viernes el alcalde de Burgos, Javier Lacalle, del PP.

Euforia. Es lo que se vivía en el barrio de Gamonal. Por las ventanas y en la calle, todos gritaban y festejaban su logro: el agujero que se encuentra en la calle Vitoria, una de las principales de la ciudad, comenzará a ser cierto a partir de este lunes.

Las manifestaciones, sin embargo, seguirán, advirtió Enrique Alonso Velasca, uno de los vecinos del barrio en discordia. “Hemos conseguido uno de nuestros objetivos, nos faltan los otros tres”. Los burgaleses piden la dimisión del alcalde, la absolución de los detenidos y que los antidisturbios salgan de la ciudad. Este viernes ha vuelto a marchar. Salieron desde su zona cero a la Comisaría de la Policía Nacional y luego fueron a la empresa Promecal, de la que es dueño el empresario Antonio Miguel Méndez Pozo, y donde está la redacción delDiario de Burgos, del que es propietario. El mismo recorrido de los últimos días. “Ya vimos que sí se puede, no nos rendiremos”, reafirmó Alonso.

La decisión vespertina del alcalde sorprendió. Porque por la mañana, en el pleno del Ayuntamiento de Burgos, las conclusiones habían sido otras. Una de las resoluciones a votar era la paralización definitiva de las obras y otra la temporal. El alcalde rechazó entonces la propuesta de la oposición de renunciar ya al proyecto y aprobó con sus 14 concejales del PP darse tiempo. Siete horas más tarde, el alcalde cambió de opinión. El parón temporal pasó a ser definitivo después de que el presidente de la Junta de Castilla y León, Juan Vicente Herrera, hablara con el regidor. Fuentes populares aseguran que logró convencerle de la oportunidad de abandonar el proyecto ante el menoscabo sufrido esta semana en la imagen de la ciudad. Los más cercanos al alcalde, en cambio, atribuyen a él la decisión.

Raúl Salinero, concejal de Izquierda Unida, contó que Javier Lacalle se veía en el pleno “como un saco de boxeo, a punto de caerse. Lo he visto muy tocado”. La presión de las protestas, que comenzaron hace una semana y que terminaron con disturbios violentos, lograron su objetivo.

Los disturbios fueron el segundo tema del pleno. El PP condenó los acontecimientos violentos producidos en el barrio. Ningún grupo municipal los apoya, claro, pero el PSOE le recriminó que estallasen como consecuencia “de su mala gestión”. Según Luis Tudanca, secretario provisional del PSOE y diputado por Burgos, “si el alcalde solo se centra en condenar la violencia, significa que no ha entendido nada de lo que de verdad molesta a los burgaleses”.

Vecinos de Burgos en la plaza Mayor, esperan la decisión del Pleno. / R.A.

La guerra campal en Gamonal ha provocado que muchos exijan la dimisión del alcalde como única salida. Tanto el PSOE como IU pidieron su abdicación y la del vicealcalde, Ángel Ibáñez. Durante el pleno, el alcalde no se pronunció ante estas denuncias; sin embargo, fuera de la reunión afirmó que “nunca se ha planteado la renuncia”. UPyD se desmarcó de esas iniciativas, pero defendió que “debería recapacitar y por coherencia política debería renunciar”.

La fachada del Ayuntamiento de Burgos recibió huevos y algunas pedradas por parte de los manifestantes, que desde las ocho de la mañana se reunieron para caminar hacia el pleno municipal. Los gamonaleros aseguraron que casi 2.000 personas marcharon hacia el edificio en cuestión. Sin embargo, una portavoz municipal redujo la cifra a unas 400 personas. Muchos vecinos continúan reprochando al regidor que el Ejecutivo municipal haga oídos sordos a sus protestas. También que no haya dinero para las necesidades más urgentes del barrio “pero sí para poner ladrillos y hormigón”, afirmaba un vecino. El alcalde argumentó su rectificación en favor de la paz social y para priorizar más ahora las necesidades sociales. Gamonal es un barrio con muchas necesidades. El bulevar iba a costar ocho millones de euros y el aparcamiento para 246 plazas, otros cinco millones.

El barrio no podría haber tenido este viernes más motivos para salir a las calles y festejar. Se celebró la tradicional fiesta de entrega de los Titos. Cada 17 de enero unas 2.000 raciones de titos, una leguminosa de grano, se reparten entre los asistentes.

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