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lunes, 17 de marzo de 2014

Putin logra un abromador respaldo por su política nacionalista

El presidente ruso comparecerá este martes ante el Parlamento para hablar sobre la adopción de "un nuevo sujeto"

El Parlamento de Crimea anuncia que las unidades militares ucranias serán disueltas y que adoptan oficialmente el rublo ruso como moneda.


Nueve de cada diez rusos apoya la política del Kremlin sobre Crimea. Así lo muestra una encuesta que realizaron conjuntamente el fin de semana pasado el Centro Rusia de Estudio de la Opinión Publica (CREOP) y la Fundación Opinión Pública (FOP), dos reconocidos centros demoscópicos. Con este respaldo sin precedentes, el presidente Vladímir Putin ha decidido acelerar los trámites legales para aceptar a Crimea como parte de la Federación Rusia y se dirigirá el martes a ambas Cámaras del Parlamento con un mensaje en el que se espera que pida a los legisladores que aprueben a marcha forzada el paquete de leyes necesario para que la península pueda convertirse en la vigésimo segunda república del país.
“Las cifras son fantásticas, nunca antes en ningún sondeo habíamos visto unanimidad semejante”, declaró Alexandr Oslón, sociólogo que encabeza la FOP, al revelar la encuesta. La consulta fue realizada telefónicamente los días viernes, sábado y domingo pasados en todas las regiones de Rusia y la misma participaron cerca de 50.000 personas.
Las preguntas fueron cuatro. “¿Debe Rusia defender los intereses de los rusos y de los otros pueblos en Crimea?” era la primera, a la que respondió positivamente el 94% de los encuestados; sólo el 3% estuvo en contra. La segunda pregunta era igual que la primera pero se le añadía una condición: “... incluso si ello complica las relaciones con otros países”. El 83% respondió que sí y el 7%, no. El 86% estuvo de acuerdo con la afirmación de que “Crimea es Rusia” (el 9% en contra) y el 91% se mostró a favor de incorporar a Crimea en la Federación Rusa (el 5% en contra).
El director general del CREOP, Valeri Fiódorov, subrayó por su parte que Moscú mostró resultados similares. Por ejemplo, el 89% de los encuestados dijo estar a favor de la incorporación de Crimea. El dato es interesante, porque la capital es probablemente donde más se siente la influencia de la oposición al jefe del Kremlin.
El Centro Levada también realizó una encuesta y en relación con los últimos acontecimientos en Ucrania decidió averiguar qué porcentaje considera que Rusia es una gran potencia. Resultó que el 63% está de acuerdo con ello, lo que significa un 16% más que en 2011.
Mientras tanto, Mijaíl Gorbachov, el expresidente de la extinta Unión Soviética, ha salido en defensa de la política de Putin en Crimea y de la consulta popular celebrada en la península el domingo. “Si en los tiempos soviéticos se entregó Crimea a Ucrania sin preguntar” la opinión de los habitantes de la península, “ahora es el pueblo el que ha decidido corregir ese error”. “Esto es algo que habría que aplaudir y no imponer sanciones por ello”, dijo Gorbachov.

Propuesta rusa

El Ministerio de Exteriores de Rusia ha sacado este lunes una declaración en la que propone crear un "grupo de apoyo" para Ucrania, integrado por países que tengan el visto bueno "de todas las fuerzas políticas" del país. Se trata, en realidad, de una contrapropuesta a la de crear un grupo de contacto que propugnaban los países occidentales, pero que, según el Kremlin, consideran que "esa estructura debe facilitar el diálogo entre Moscú y Kiev" en circunstancias de que Rusia considera que "la actual situación" no ha sido creada por ella sino que "es el resultado de una profunda crisis del Estado ucranio, que ha conducido a la polarización de la sociedad y a la brusca agudización del antagonismo entre diversas partes del país". Naturalmente, se refiere al este de Ucrania, donde hay una gran población rusohablante, y el oeste.
Según el citado documento, el grupo deberá guiarse por los principios de "respeto a los intereses del pueblo multiétnico de Ucrania", "el apoyo a las aspiraciones de todos los ucranios y regiones del país de vivir en paz de acuerdo con sus tradiciones y de utilizar libremente su lengua materna", de no permitir "el resurgimento de la ideología neonazi" (Moscú considera que varios grupos influyentes cercanos al actual poder en Kiev son neonazis) y "el reconocimiento de la gran importancia de la paz civil y la armonía en Ucrania" para impulsar unas "relaciones constructivas en la región euroatlántica basadas en la igualdad de derechos y el respeto de los intereses de todos los Estados" de dicha zona.
Sin embargo, se puede pronosticar sin temor a equivocarse que la iniciativa rusa no encontrará apoyo en Occidente y será rechazada categóricamente por Kiev. El problema es que para lograr los fines anteriormente detallados Moscú propone "cumplir inmediatamente los compromisos" del acuerdo del 21 de febrero pasado, que el entonces todavía no depuesto presidente Víctor Yanukóvich firmó con la oposición. Rusia cita particularmente el compromiso a requisar las armas, desalojar los edificios tomados ilegalmente, investigar objetivamente la violencia desatada entre diciembre de 2013 y febrero de 2014.
Como segundo punto, Moscú propone convocar una asamblea constitucional en el que todas las provincias ucranias tengan igual número de representantes para redactar una "nueva Constitución federativa". Pero las actuales autoridades de Kiev nunca han ocultado que están categóricamente en contra de que su país se convierta en una federación.
Para Rusia, en la nueva ley fundamental debe establecerse, entre otras cosas, el derecho de las regiones a elegir sus poderes ejecutivos (hoy los gobernadores son nombrados directamente por Kiev) y legislativo; el ruso debe ser idioma cooficial junto con el ucranio. Además, debe reconocerse el derecho Crimea a decidir su destino de acuerdo a los resultados del referéndum del domingo.
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