La desaparición en la madrugada del sábado de un avión de la compañía Malaysia Airlines, con 227 pasajeros y 12 tripulantes a bordo, poco menos de una hora después de despegar de Kuala Lumpur con destino Pekín es “un misterio sin precedentes en la aviación”. Así lo ha asegurado este lunes Azharuddin Abdul Rahman, director de la Autoridad de Aviación Civil de Malasia, mientras una flota internacional compuesta por 40 barcos y 34 aeronaves prosigue las labores de búsqueda sin haber encontrado hasta ahora rastros confirmados del aparato.
El funcionario malasio ha asegurado que no se puede descartar que se produjera un secuestro, y que los investigadores están explorando todas las posibles teorías para explicar la desaparición del vuelo MH370. “Desgraciadamente, no hemos encontrado nada que parezcan objetos del avión, y mucho menos el avión”, ha afirmado en una rueda de prensa en Kuala Lumpur, informa Reuters. “Por lo que a nosotros respecta, tenemos que encontrar el avión, tenemos que encontrar una pieza del avión si es posible”.
Las declaraciones se han producido después de que barcos vietnamitas intentaran, sin éxito, durante la noche localizar un objeto rectangular que fue visto el domingo por la tarde desde el aire, y que se pensó que podía ser una puerta del Boeing 777-200 siniestrado. Los responsables del equipo de rescate vietnamita afirman que cuatro aviones y siete barcos están buscando el objeto, pero que no han encontrado nada.
Entre las posibles causas de la tragedia, figuran una explosión por una descompresión repentina, una bomba, un fallo catastrófico de los motores, una turbulencia extrema, un error del piloto e incluso un suicidio. Para saber lo que ocurrió, hará falta analizar los datos de las cajas negras y un examen detallado de los restos, lo que podría tardar meses.
La localización de trozos del aparato puede ser una labor difícil, a pesar del gran despliegue de equipos de búsqueda. Dependiendo de cómo se haya estrellado el avión, los restos pueden quedar esparcidos en una gran superficie o prácticamente no haber restos. Según diferentes informaciones, las imágenes de los espías satélites estadounidenses que vigilan la zona no han encontrado indicios de una explosión en mitad del aire.
Ante el tiempo transcurrido desde que se perdió el contacto con el avión, los responsables de Malaysia Airlines han dicho a las familias de los pasajeros que deben “prepararse para lo peor”.
El avión perdió el contacto con los centros de control aéreo en algún punto entre Malasia y Vietnam. Aparentemente cayó al mar cuando volaba a altitud de crucero –más de 10.000 metros-, con buen tiempo, sin que a los pilotos les diera tiempo o les fuera posible enviar una señal de alarma; una circunstancia que ha añadido misterio sobre lo que ocurrió en el interior del aparato en los últimos minutos.
El general Rodzali Daud, jefe de la fuerza aérea de Malasia, aseguró el domingo que los registros de radar militares muestran que el avión pudo dar la vuelta respecto a la ruta prevista, algo de lo que la tripulación debería haber informado a los controladores aéreos y no hizo. Pero dijo que no hay detalles de en qué dirección fue y cuánta distancia lo hizo.
Esto ha obligado a expandir la zona de búsqueda a la costa occidental de Malasia, al otro lado del país respecto a donde se supone que desapareció, y ha añadido un nuevo factor de sospecha sobre la posibilidad de que se produjera un secuestro o un atentado terrorista. Especialmente porque al menos dos de los pasajeros volaban con identidades falsas, italiana y austríaca. Las autoridades están investigando cuatro posibles casos de identidad sospechosa.
Interpol confirmó el domingo que estaba al corriente de la existencia de dos pasaportes robados, pero dijo que nadie había accedido a sus bases de datos para verificar los dos documentos antes de salir el avión. Las autoridades de Malasia han afirmado -después de que fueran revisadas las grabaciones de las cámaras de vigilancia del aeropuerto- que las dos personas que viajaban con identidad falsa tenían apariencia asiática. Sus billetes fueron emitidos el jueves pasado por una agencia de viajes en Pattaya, un enclave turístico muy popular en Tailandia con gran presencia de extranjeros. Los dos pasajeros tenían billetes para continuar viaje el sábado hacia Europa, por lo que no necesitaban visado chino.
Algunos expertos, sin embargo, han advertido que el empleo de pasaportes robados es frecuente en vuelos internacionales, entre otros por inmigrantes, por lo que, según dicen, su existencia en el vuelo MH370 no hay que relacionarla inmediatamente con la desaparición del avión.
Fuentes de la investigación en Malasia han asegurado a la agencia Reuters que la tardanza en encontrar restos del aparato puede indicar que se desintegró en pleno aire, cuando estaba a gran altitud. Pero ha añadido que, de momento, no hay pruebas de que se haya tratado de un acto terrorista. Sin embargo, han reconocido que los casos más parecidos son la explosión registrada en un avión de Air India en 1985 cuando se encontraba sobre el océano Atlántico y la catástrofe de Lockerbie, en 1988. Ambos aparatos volaban a unos 10.000 metros cuando estallaron bombas en su interior.
De los 227 pasajeros, de 14 nacionalidades, que iban en el avión, 153 son de China, 38 de Malasia y siete de Indonesia. También había varios europeos y estadounidenses. Los 12 miembros de la tripulación eran de Malasia.
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