El calvario de Abel, @arzadous, atrapado en Amsterdam. Puede morir por negligencia médica o xenofobia
Por Ana Cañil
Ese que está ahí, en una foto de su Instagram aún vivo, es Abel Valcárcel Millán – también le puedes encontrar en facebook y en twitter, donde sus amigos le animan a no tirar la toalla.
Escribo “aún” porque su situación puede empeorar en cualquier momento y tiene riesgo cierto de morir. Tiene 22 años, es ingeniero de sonido, productor y DJ.
El otoño pasado se marchó a Amsterdam en busca de trabajo y nuevas oportunidades, como tantos otros en estos tiempos. Vivía en Haarlem, un barrio medio de Amsterdam, donde el 5 de marzo -hace quince días- le dió un derrame cerebral. Desde ese momento, y hasta hoy mismo (jueves, 20 de marzo), está atrapado -literalmente atrapado- en una maraña cruel, brutal, víctima de la sanidad holandesa, ya sea por negligencia médica o racismo -o ambas cosas a la vez- y sin poder dejar el país.
De nada le han servido su tarjeta sanitaria española validada ni los convenios sanitarios de la Unión Europea. Lleva quince días peregrinando de hospital en hospital, de médico en médico. Un calvario. Algo alucinante en pleno siglo XXI.
Sus padres y Mapfre -la aseguradora con la que tiene una póliza- le han mantenido con vida hasta ahora, pero sigue prisionero de extrañas historias de doctores, de hospitales e informes. Porque los documentos oficiales sobre su estado le han sido negados sucesivamente, con más intensidad si cabe a medida que se han ido acumulando lo que aparecen, cada vez con más evidencias, como errores médicos gravísimos.
Para colmo, la consul en Amsterdam, María Ángeles de Pedro, no ha sido de gran ayuda. La Cánciller, como ella se definió ante los padres de Abel, fue avisada del problema y el grave riesgo que corría Abel -ya ha perdido un oído, parte de un ojo y el derrame es muy serio, una confirmado por los ansiados informes- tras mostrarse remisa a atender el asunto, ante los familiares de Abel se escudó en que esas cosas no eran raras en Amsterdam, que la sanidad “holandesa es así de peculiar”. Hoy hemos hablado con la señora De Pedro. Al preguntarla por el caso del joven Valcárcel Millán, se ha limitado a un “no hago comentarios”. Pero señora cónsul ¿cómo es eso de que estos asuntos con los estudiantes no son raros, qué son así de peculiares los holandeses? “Mire, conozco el caso del que me habla, pero no voy a hacer comentarios”. ¿Y cómo no le han ayudado? “Sin comentarios”. Punto, fin de la conversación.
Hemos hablado con Mapfre. Extraoficialmente fuentes cercanas a los médicos de la aseguradora que lleva el caso de Abel, confirman que están en la historia tan alucinados y preocupados como sus padres, deseando sacarle en un avión medicalizado, pero necesitan informes oficiales sobre los riesgos. Sin su ayuda médica, todo hubiera sido ya un drama subrayan los familiares de Abel. Oficialmente,fuentes de la empresa declaran que “MAPFRE no informa sobre clientes ni sobre siniestros concretos”.
Os adjuntamos el diario de la pesadilla de Abel, redactado con la ayuda de su madre día a día. Sabemos que para muchos es un esfuerzo pediros su lectura, pero dado los miles de españoles que están fuera de nuestras fronteras, confiados en el respaldo de su tarjeta sanitaria europea,no podemos dejar de recomendar su lectura. A nosotras nos ha conmovido, nos ha irritado y nos ha enseñado muchas cosas. Ayudanos a que este caso no se repita y a que Abel regrese -por fin- este sábado a casa en un avión medicalizado. Que acabe un calvario que ya le ha dejado secuelas para toda su vida.
Algunos párrafos del diario:
“DOMINGO 9 de marzo:
Aprox. Sobre las 12.00 mi amigo George Pina, me llevó al hospital: KENNEMER GASTHUIS ZUID, HAARLEM, de urgencias. Entregué DNI y tarjeta sanitaria europea, pasé y le conté a la enfermera como estaba desde el miércoles, absolutamente todo, antecedentes familiares ( tres familiares fallecidos por fallos vasculares, aneurisma y derrame), y que tenía la sensación de que algo pasaba en mi cabeza y me encontraba francamente mal. Me mandaron que fuese a la sala de espera y me llamó que pasase un Dr.Me realizaron pruebas de fuerza, ojos, seguir luz, los antecedentes familiares, y le conté todo lo que me estaba pasando, que estaba francamente mal, tenía ya una presión muy grande en el lado derecho de la cabeza, la poca sensibilidad del lado izdo se incrementó, el lado izdo de la lengua, labio, además me ardía o escocía, no sé describir muy bien, nariz, visión doble, movimiento de las cosas, torpeza absoluta, lentitud hasta para hablar y pensar. Inseguridad andando, no calcular espacio cerca lejos, me agobiaba mucho mucho. En todos los sitios aclaraba que yo tenía vida sana y no he tenido contacto con sustancias tóxicas nunca, ni alcohol, alguna cerveza cuando voy con mis amigos. Este médico me dijo que iba a llamar a un Neurólogo, y lo hizo delante de mi. Al terminar ellos de hablar, el médico me indicó, que según el neurólogo, no había relación entre lo que me pasaba y un problema neurológico cerebral y me mandaron a casa. Mi amigo no daba crédito, aunque es un productor musical de prestigio en Holanda, también tiene estudios sanitarios, al menos estaba en ellos. Pero este médico me recomendó que hablase con el Dr. Spetter, el de mi zona, pero que hasta el martes no estaría. Le pedí por favor el informe médico de asistencia a urgencias y me dijo que allí en Holanda se lo mandan a mi médico, es decir al Dr. Spetter. Al llegar a casa, empecé a vomitar varias veces, no comí nada, tenía mucho sueño, solo quería estar tumbado y dormir. Lo hice sobre una hora y media creo….
JUEVES 13 de marzo:
Día horrible, mi madre ha preguntado a la enfermera si hoy me hacían la Resonancia, y ésta le ha dicho que pufff había mucha lista de espera, que dentro de unos días. He visto a mi madre llorando y suplicando a la enfermera Karin, que por favor, me ayuden, que tenía toda la vida por delante. Que era muy buena persona. No me drogaba ni fumaba, Que había ido a Holanda no para pedirles nada, ni para pedirles servicios sociales. Que yo, era un brillante ingeniero de Audio, licenciado con honores, en Amsterdam, que era un gran productor musical, que pagaba todos los impuestos que pedían y cumplía las normas, con un seguro privado y con la tarjeta sanitaria europea. Que no sabía ella nada del esfuerzo que habían hecho ellos para poder estar su hijo allí. Que el tiempo iba en mi contra y lo mas grave es que ella lo sabía. Usted no tiene hijos? Y ella dijo si tres y de la edad de Abel. No se preocupe señora…. la entiendo perfectamente, no llore por favor, mire estamos todas las enfermeras insistiendo que se lo hagan rápido, pero depende del radiólogo, pero no se preocupe que voy ahora mismo a hablar personalmente con él. Se lo agradecimos muchísimo, por fin alguien con alma. Volvió a la media hora diciéndonos que en veinte minutos vendría a por mi para hacérmelo. Mis padres estaban felices…”
Para leer más, pincha el documento adjunto, pero debes de saber que la pesadilla de Abel no ha terminado. Él y sus padre siguen atrapados en Amsterdam, tras haber intentado con su aseguradora, salir por de la situación con un hospital en Dusseldorf, ahora en Rotterdam (de donde pretenden volvera España el próximo sábado), pero ya no creen en nada….
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