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miércoles, 15 de julio de 2020

Si era El Deseado, ¿por qué ningún historiador es capaz de decir algo bueno de Fernando VII?

Reinó en un periodo clave en España, justo cuando estaba modernizándose y abrazando las libertades. Pero fue un mandato desastroso. Consultamos con especialistas y no encontramos a ninguno que hable bien de él

Montaje sobre el retrato que hizo Goya de Fernando VII, que data de 1815. La obra original se encuentra en el Museo Thyssen de Madrid. Montaje: Blanca López-Solorzano

"Su reinado y su legado fueron nefastos"; "supuso un paso atrás en todos los sentidos porque no respetó los cambios que la sociedad demandaba en un momento crucial para la historia política y social del país"; "fue un experto en cambiarse la chaqueta". Especialistas como Luis Enrique Otero (catedrático de Historia Contemporánea de la Universidad Complutense de Madrid), Ángel L. Rubio (vicedecano de la Universidad Complutense de Madrid) o Pilar Díaz Sánchez (profesora de Historia Contemporánea en la Universidad Autónoma de Madrid) coinciden en que el hijo de Carlos IV fue una figura ruinosa en la historia de España. Y eso que no tenía difícil ser considerado mejor monarca que su padre, pues la mala prensa de Carlos IV es lo único que destacó durante los años que reinó. "Carlos IV no tenía muchas luces. El monarca dedicó más tiempo a la caza y la buena vida que a los asuntos de gobierno. La desidia y su incapacidad marcaron sus años de reinado", asegura a ICON el catedrático Luis Enrique Otero. A pesar de todo, Fernando VII (1784-1833) logró doblar esta animadversión.

El Deseado, como le designaron los españoles que esperaban con ansia su regreso mientras eran gobernados por el francés José I, terminó convirtiéndose en el indeseado. Fernando VII ejerció de monarca durante 19 años intermitentemente: primero reinó tres meses en 1808 y volvió a hacerlo en mayo de 1814 hasta su muerte en 1833. Emilio Parra, catedrático en la Universidad de Alicante y autor de la biografía Fernando VII: un rey deseado y detestado (Tusquets Editores), afirma que Fernando VII es el peor rey que ha tenido España, incluso más de lo que se piensa: "Fue el peor de los monarcas de las dinastías Habsburgo y Borbón. Fue tirano, solo miró en beneficio propio e impuso sin miramientos su autoridad, exigiendo a todo el mundo suma fidelidad a su persona".

 

"Fernando VII fue el peor de los monarcas de las dinastías Habsburgo y Borbón. Fue un rey tirano, entendido como tal aquel monarca que no se atiene a las leyes y normas, que todo lo orienta en beneficio propio e impone sin miramientos su autoridad"

EMILIO PARRA, CATEDRÁTICO EN LA UNIVERSIDAD DE ALICANTE Y AUTOR DE LA BIOGRAFÍA 'FERNANDO VII: UN REY DESEADO Y DETESTADO'

Con ayuda de varios historiadores repasamos sus episodios más polémicos...

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“El Príncipe es un infeliz, que no ha sido educado; es bueno, pero no tiene instrucción, ni talento natural, ni tampoco viveza: es mi antípoda, y yo, para mayor desgracia, no le quiero nada”. La correspondencia que su primera mujer, María Antonia de Nápoles, enviaba a su madre dejaba claro que la suya no fue una relación feliz. En 1802, año en que contrajeron matrimonio Fernando y María Antonia, las infidelidades y las actitudes machistas por parte de los hombres estaban a la orden del día, pero el trato que daba Fernando a sus esposas —tuvo cuatro— y a aquellos con los que se codeaba superaban los estándares de la época. La madre de María Antonia escribió sobre su yerno: “Un tonto que no caza ni pesca; no se mueve del cuarto de su infeliz mujer; no se ocupa de nada… Mi hija es completamente desgraciada. Un marido tonto, ocioso, mentiroso, envilecido, solapado y ni siquiera hombre físicamente; es fuerte cosa que a los 18 años no se sienta nada”.

Emilio Parra, autor de la biografía de El Deseado, afirma que Fernando recurría a la represión para solucionar sus problemas. "Debido a su carácter, fue una persona despreciable. Era cruel, pues no duda en decretar la muerte de sus oponentes políticos; hipócrita, este rasgo de su personalidad enervó a su madre, la reina María Luisa, y también a Napoleón; desconfiado de todos y ante todo; cobarde, pues no supo reaccionar en los años de la Guerra de la Independencia; autoritario hasta el extremo y sumamente pagado de su alta condición; obsesionado por el dinero, siempre consideró que el territorio de la monarquía española era patrimonio suyo; y hedonista", asegura Parra.

https://elpais.com/elpais/2019/05/22/icon/1558514221_775250.html


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