Los Panteras Rosas, quizás la mayor red de ladrones de la historia, sufrió ayer en Barcelona un borrón en la leyenda que les rodea desde hace casi dos décadas.Cinco de sus presuntos miembros fueron arrestados en paseo de Gràcia tras haber cometido, a plena luz del día y con una de las principales avenidas comerciales de la ciudad atestada de turistas, otro asalto, uno más de los casi 400 que se les atribuyen en todo el mundo. Esta vez sin éxito.
Disfrazado con gafas de sol y peluca, uno de los ladrones llamó al timbre de la Joyería Gracia aparentando ser cliente de alto standing. Tras lograr que le abrieran la puerta un segundo asaltante, con casco de moto, la bloqueó y apuntó con su pistola al empleado. Tras romper con mazas las vitrinas, hicieron como tantas otras veces: actuar rápido y sin víctimas. Según cálculos de la Policía, metieron en su bolsa 400.000 euros en un golpe que, en total, no superó los 48 segundos. Posteriormente intentaron mezclarse entre la gente y desaparecer sin dejar pistas. Ayer, sin embargo, el guión del atraco no lo escribieron ellos.
Al atravesar la puerta de la joyería les esperaban miembros de los Grupos Especiales de Operación (GEO) de la Policía Nacional que, vestidos de paisano, les detuvieron como culminación de una investigación de meses de la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (Udev) central en la que también han colaborado miembros de cuerpos policiales de Alemania y Serbia, este último país considerado como la cuna de los Panteras.
La detención en plena calle de tres de los ladrones convirtió paseo de Gràcia en escenario de ataques de nerviosismo cuando trataron de huir a la carrera. Testigos de las detenciones aseguraban ayer que uno de los policías de paisano realizó tres disparos al aire para frenar una fuga que acabó en la calle Pau Claris. Las persecuciones hicieron que los turistas que se encontraban repartidos entre restaurantes y tiendas de lujo se escondieran en los locales cercanos hasta que la situación se dio por controlada y los ladrones fueron esposados. Mientras permanecían controlados en el suelo, los GEO recuperaron también el botín.La bolsa con las joyas estaba lista para ser entregada a otro miembro de la banda, también detenido cuando esperaba en la calle con una moto de gran cilindrada.
El golpe de ayer a los Panteras Rosas supone sólo una pequeña muesca en el marcador policial en el duelo que agentes de medio mundo mantienen con una organización que ejerce como una suerte de multinacional del delito que, desde 1999, suma golpes que superan ya los 350 millones de euros, principalmente en joyas.Según los últimos cálculos de Interpol publicados el año pasado, 800 profesionales del robo, en su mayoría originarios de países del Este, se han sumado a sus filas desde sus inicios.
El desafío que supone la organización llevó a Interpol a crear en 2007 un proyecto específico en el que participan representantes de cuerpos policiales de una veintena de países. El cruce de informaciones de todos los investigadores ha permitido desde entonces la detención de unos 200 supuestos miembros de una red que ha protagonizado algunos de los robos más espectaculares de la historia. Siempre con sello de identidad: rapidez y sofistificación.
En 2008, Francia vivió lo que se consideró su robo del siglo cuando cuatro miembros de la organización, dos de ellos disfrazados de mujer, asaltaron la joyería parisina Harry Winston y se llevaron en apenas un cuarto de hora 85 millones de euros en joyas. En 2014, la Udev apresó en Madrid a uno de los asaltantes de siete años antes de una joyería en Dubai.Se llevaron 11 millones de euros en menos de tres minutos.
Conocidos por su capacidad para camuflarse, han ejecutado golpes en camisas floreadas y huido en yates. En 2003, tras asaltar la joyería Graff de Londres,escondieron una joya millonaria en un tarro de crema, como en la saga de las películas de Blake Edwards. Los policías que la encontraron decidieron bautizarles como la banda de los Panteras Rosas.
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