¿Qué países tienen el mayor número de científicos e investigadores extranjeros? ¿Cuáles son los que más sufren “fuga de cerebros” (conocido como brain drain en inglés)? Aunque solemos hacernos una idea, ponerlo en cifras no es tan sencillo puesto que no hay ningún registro centralizado sobre los patrones de estos movimientos migratorios.
“Fuga de cerebros” o “brain drain” es el concepto con el que se conoce a la emigración de profesionales y científicos con formación universitaria en su país de origen a otras naciones, impulsados principalmente por la falta de oportunidades de desarrollo de sus áreas de investigación, por motivos económicos o por conflictos políticos en su país natal. Si bien este fenómeno se acentúa en países con ingresos bajos, esto no es excluyente, y en muchas ocasiones se da también entre naciones con ingresos medios o altos.
Para responder estas preguntas, investigadores del National Bureau of Economic Researchelaboraron un cuestionario y preguntaron a 17.182 investigadores en 16 países. El resultado es el artículo “Científicos Nacidos en el Extranjero: Patrones de Movilidad en Dieciséis Países“ (Foreign Born Scientists: Mobility Patterns for Sixteen Countries) de Chiara Franzoni, Giuseppe Scellato y Paula Stephan, y esta infografía confeccionada a partir de los datos resultantes. Se trata del primer estudio a nivel global que analiza los patrones migratorios de científicos activamente involucrados en trabajos de investigación.
En verde, los porcentajes de investigadores inmigrantes. En naranja, los porcentajes de investigadores emigrantes. Ambos desglosados por principales orígenes y destinos.
Aunque se examinan los movimientos migratorios de varios de los países más relevantes a nivel científico, se echa en falta información sobre China. Según informan los propios autores del estudio, a pesar de sus intentos, no pudieron hacer llegar las encuestas a los investigadores chinos.
No es una sorpresa que Estados Unidos sea uno de los destinos favoritos para científicos e investigadores de todo el mundo. Australia, Canadá y Suecia parecen seguir un patrón parecido, recibiendo incluso más científicos que Estados Unidos. Aunque por otro lado, un mayor número de sus investigadores a su vez buscan acomodo en el extranjero, principalmente en Estados Unidos. Lo que quizá sea más sorprendente es que el porcentaje más alto de investigadores extranjeros se encuentre en Suiza.
En la otra cara de la moneda encontramos a la India, en proporción el mayor exportador de talentos científicos entre los países analizados. Japón también llama la atención, pero en esta ocasión por la poca movilidad de sus investigadores en cualquiera de los dos sentidos. Es la nación con menos diáspora académica y una de la que menos investigadores extranjeros recibe.
En el sur de Europa, mientras Italia exporta muchos investigadores pero importa muy pocos, España, país receptor de talentos durante unos años, parece evidente que sufre una “fuga de cerebros” a raíz de los recortes en I+D.
Con respecto a la tasa de retorno a los países de origen, los investigadores españoles son los que más regresan, mientras que los indios son los que menos. Independientemente de la nación de procedencia, el factor más probable para volver al país de origen no es profesional, sino personal, principalmente la familia.
¿Cuál es la fotografía global de estos movimientos migratorios?
En términos generales, el estudio revela la existencia de una alta tasa de talento que se ha desarrollado fuera de sus países de origen, y que continúa trabajando en el extranjero. Por otro lado, hay un buen número de países donde es muy raro encontrar a investigadores extranjeros. En este grupo de países se encontraría España, junto con India, Italia, Japón y Brasil.
Mientras que Suiza o India son los países que presentan una mayor movilidad al exterior, los Estados Unidos, como país de destino dominante, es la nación que menos talento exporta al exterior.
Las políticas internas de los países para incentivar (o no) la investigación científica tienen un papel fundamental a la hora de entender todos estos movimientos migratorios. Las oportunidades para mejorar profesionalmente que se les presentan a los trabajadores en el ámbito académico son la clave por la que en la mayoría de los casos se decide emigrar.
Pero a la hora de regresar al país de origen, los datos muestran que las políticas internas no juegan el mismo papel fundamental. En este sentido, las razones personales o familiares son el factor más importante de retorno. En cualquier caso, esto no significa que los estados sean impotentes cuando sufre una “fuga de cerebros”; las políticas que persiguen mejoras en las condiciones del mercado de trabajo pueden ser relevantes, puesto que es otro de los factores que se tienen en cuenta a la hora de regresar… “¿tendré oportunidad de trabajar en mi campo si regreso?”.
Pese a que estas conclusiones nos dejan información muy relevante respecto a estos movimientos migratorios, los autores nos advierten de las limitaciones de la presente investigación. En primer lugar hay que tener en cuenta que, aunque amplia, se trata de una encuesta, y se centra exclusivamente en un número limitado de países y campos académicos. Por último, la ausencia de datos sobre China en el estudio constituye otro de los puntos frágiles de esta investigación.
En cualquier caso, siendo el estudio empírico de mayor alcance elaborado hasta la fecha, nos da una imagen de las preferencias migratorias de los investigadores, una profesión conocida por su alto grado de movilidad geográfica (otro estudio de 2005 concluyó que el 43% de los investigadores que trabajan en Europa en campos relacionados con la biología, lo hacen en un país diferente del que son originarios).
http://www.unitedexplanations.org/
No hay comentarios:
Publicar un comentario