Tenemos derecho a una vida igualitaria y libre de violencia, a la mitad de todo, como diría Amelia Valcárcel. Dicho así, muy pocos misóginos y sumisas se atreverían a negarlo en voz alta hoy en día. Por desgracia, la realidad global dista mucho de ese ideal y no basta con un día internacional en marzo para acordarnos de que nuestros derechos siguen siendo pisoteados, ni con otro día en noviembre para gritar “¡ni una más!” y recordar que no estamos todas… No basta.
Necesitamos los 365 días del año para alzar la voz a través de todos los medios disponibles porque son muchas las violencias, en plural, que seguimos sufriendo; porque son múltiples las formas de agresión que se llevan a cabo contra nuestros cuerpos. Cuerpos cosificados, acosados, violentados, mutilados, golpeados, destruidos, traficados… Vidas menospreciadas, desfavorecidas, empobrecidas, desvalorizadas… Vidas encasilladas en cifras que nos han impermeabilizado ante la violencia machista, que nos anestesian, que no cuentan la historia que hay detrás. Y es que la historia de las mujeres es –parafraseando a David Cronenberg– una historia de violencia, sí, pero también de resiliencia, supervivencia y resistencia.
Porque igual que la violencia contra las mujeres adopta formas diversas cual Proteo y se reinventa constantemente (acoso, feminicidio, control a través de redes sociales, infanticidio selectivo, trata, tortura sexual, mutilación genital, insultos, invisibilización, amenazas, palizas, falta de oportunidades equitativas, violencia patrimonial…) también lo hacen las formas de sublevarse y contrarrestar dichas violencias.
El cine, por ejemplo, puede ser una perversa herramienta de perpetuación de los roles de género y de la violencia contra las mujeres tal como explica la maestra Pilar Aguilar en “El cine, una mirada cómplice en la violencia contra las mujeres” (2010: 248) (dentro de El sustrato cultural de la violencia de género -síntesis-):
“Se ejerce contra nosotras una terrible violencia simbólica. Así sometidas se nos unce al carro del sujeto que tiene la llave del significado y del sentido. Fuera de su senda sólo hay tinieblas. Esta violencia es la madre de todas las otras, la que las espolea, las argumenta, las prepara y las justifica”.
Rara vez el cine, especialmente el de ficción, se ha acercado críticamente a la violencia ejercida contra las mujeres, pero a pesar de ello, el cine narrativo y documental puede ser un estupendo aliado para su erradicación a través de la transformación social y cultural.
Porque si puede ser un instrumento que aplauda la violencia, el cine también puede ser una herramienta de denuncia que eduque de otra manera, que invite a la “reflexión crítica y compartida” (Trinidad Núñez y Yolanda Troyano, 2011: 107) y que nos ayude a crear otros marcos de referencia donde las mujeres no sean simplemente víctimas pasivas, sino agentes de cambio y constructoras de otros relatos donde la rebeldía y la vida se impongan.
Para reflexionar sobre todo ello os dejamos hoy una pequeña recopilación de películas cuyas tramas giran alrededor de distintos tipos de violencias contra las mujeres en diferentes latitudes del globo.
- Señorita extraviada, de Lourdes Portillo (Documental)
- Te doy mis ojos, de Icíar Bollaín
- La maleta de Marta, de Günter Schwaiger (Documental)
- El color púrpura, de Steven Spielberg
- En tierra de hombres, de Niki Caro
- Antigua vida mía, de Héctor Olivera
- Nagore, de Helena Taberna (Documental)
- Mamá, duérmete que yo vigilo, de Rosa de Santos Buendía (Documental)
- Backyard, el traspatio, de Carlos Carrera
- Mujeres supervivientes, de Carlos Gómez López (Documental)
- Monster, de Patty Jenkins
- Ella se lo buscó, de Susana Nieri (Documental)
- La verdad de Soraya M., de Cyrus Nowrasteh
- La teta asustada, de Claudia Llosa
- Difret, de Zeresenay Mehari
- La reina de los bandidos, de Shekhar Kapur
- La extraña, de Feo Aladag
- La guerra contra las mujeres, de Hernán Zin (Documental)
- Moolaadé, de Ousmane Sembene
- Grbavica. El secreto de Esma, de Jasmila Zbanic
- Solas, de Benito Zambrano
- El Cairo, 678, de Mohamed Diab
- Acusados, de Jonathan Kaplan
- Agua, de Deepa Mehta
- Las flores de la Guerra, de Zhang Yimou
- Perfume de violetas, de Maryse Sistach
- Evelyn, de Isabel Ocampo
- Madame Brouette, de Moussa Sene Absa
- Refugiado, de Diego Lerman
- Guerreros de antaño, de Lee Tamahori
(NOTA: Obviamente este listado está vivo y lo podemos ir ampliando entre todas/os. Dejad abajo vuestras/os recomendaciones. Algunas de los hipervínculos llevan a guías didácticas que nos pueden ayudar a trabajar el tema de la violencia machista en cualquiera de sus variantes en el aula, en cinefórums con adultos, cursos, etc).
http://www.unitedexplanations.org/
Esta es una explicación sin ánimo de lucro
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